viernes, 18 de julio de 2008

Nos mudamos

Avisamos a nuestro queridos lectores que a partir de hoy pueden leernos en http://losmediospelosargentinos.wordpress.com/ con un diseño muy "monono".

Abrazos y besos,

Lord Wigan

miércoles, 16 de julio de 2008

FRASE DEL DIA

"Nunca creí en la vida sana, qué querés que te diga. Con un amigo siempre decíamos: "esos sanos de mierda. No fuma, no bebe, jamás un hongo en el píe: gente de mierda"".

(Palabras del escritor Alberto Laiseca, publicadas en la revista Ñ)

GRAVE DENUNCIA CONTRA LOS MANIFESTANTES DEL "CAMPO"

Fuentes anónimas denunciaron este mediodía que muchos de los manifestantes que asistieron ayer al acto de las entidades patronales del campo recibieron como retribución un pote de yogurt Ser frutado y una botella con agua mineral de la misma marca.

martes, 15 de julio de 2008

"DEBEN SER LOS GORILAS DEBEN SER"

Disfrutemos de este hermoso video y de una preciosa melodía.

DESDE HOY EL BLOG TENDRA AVISOS CLASIFICADOS

Aquí publicamos los dos primeros:

"Roto busca descosida". Enviar mails a rotobuscadescosida@losmediospelos.com

"Descosido busca a rota". Enviar mails a descosidobuscarota@losmediospelos.com

Como se ve, las damas aún no se animaron a escribir, pero este espacio es para que todos los amigos del blog publiquen sus necesidades y pedidos.

EVITA, POR EDUARDO GALEANO

"¡Viva el cáncer!, escribió alguna mano enemiga en un muro de Buenos Aires. La odiaban, la odian los biencomidos: por pobre, por mujer, por insolente. Ella los desafía hablando y los ofendía viviendo. Nacida para sirvienta, o a lo sumo para actríz de melodramas baratos. Evita se había salido de su lugar. La querían, la quieren los malqueridos; por su boca ellos decían y maldecían. Además Evita era el hada rubia que abrazaba al leproso y al haraposo y daba paz al desesperado, el incesante manantial que prodigaba empleos y colchones, zapatos y máquinas de coser, dentaduras postizas, ajuares de novia. Los míseros recibían estas caridades desde al lado, no desde arriba, aunque Evita luciera joyas despampanantes y en pleno verano ostentara abrigos de visón. No es que le perdonaran el lujo: se lo celebraban. No se sentía el pueblo humillado sino vengado por sus atavíos de reina. Ante el cuerpo de Evita, rodeado de claveles blancos desfila el pueblo llorando. Día tras día, noche tras noche, la hilera de antorchas: una caravana de dos semanas de largo. Suspiran aliviados los usureros, los mercaderes, los señores de la tierra”.

Eduardo Galeano

FRASE DEL DIA

“Libertad de los intereses antinacionales y antipopulares, para impedir que lo nacional y popular tenga medios de expresión. Esto es lo que se llama aquí libertad de prensa”.
Arturo Jauretche

¿CUAL VA A SER EL PROXIMO PASO DEL "CAMPO"?

La que sigue es una columna que publica hoy el escritor y periodista Mempo Giardinelli en la contratapa del diario Página 12.

De golpes, Carmonas y tiros por la culata

¿Qué nos dirán ahora a los que desde hace cuatro meses hablamos de golpe y alertamos sobre el peligro que corre nuestra democracia?

Porque ahora está más claro que nunca: este conflicto no es por las retenciones, ni por una ley, ni por “el campo”, sino por el modelo económico y el poder político.

Hace más de cien días, los que hablábamos de golpe éramos considerados poco menos que locos. Muy bien, no hablemos más de golpe. Pero miren alrededor. Aquí lo que se juega es la democracia. Si gana el No en el Senado y retornan los monstruos del pasado –hoy nucleados con inesperada astucia por la Sociedad Rural, una Federación Agraria que traicionó su historia gracias al señor Buzzi y un movimiento protofascista de pseudo autoconvocados liderado por el actual favorito de los medios del sistema conservador, el señor De Angeli–, pobrecito nuestro país.

Si ganan en el Senado van a pedir la renuncia de CFK. Quizá no al día siguiente, pero seguirán esmerilando al Gobierno hasta que, acaso, caiga.

Y si pierden y sale la ley como está, van a patotear a la Corte Suprema como hicieron con gobernadores, intendentes, diputados y senadores. Y no nos extrañemos si en algún momento son capaces de llamar a una huelga general para “carmonizar” a la República, llevándonos a una venezolanización, pero no porque los K sean como Hugo Chávez sino porque alrededor de la SRA se nuclea lo que ya puede ser considerado el Carmonismo Argentino. Sólo faltará ver entonces quién será el Pedro Carmona vernáculo.

Con ellos, detrás de ellos, desgraciadamente, hay mucha gente honesta y trabajadora, de buenas intenciones, pero fanatizada contra los K, soliviantados todos por los medios que difunden los apocalípticos discursos de Carrió, los Rodríguez Saá, Duhalde, De la Sota, Cecilia Pando, Schiaretti, el coronel Reimundes, Reutemann, la peor izquierda insurreccional y oportunista, el Partido Socialista nuevamente dividido y –para completar el cuadro– los restos de un radicalismo que desdichadamente perdió la brújula política. Porque hoy los radicales deberían estar críticamente del lado de las instituciones, como lo estuvo hace dos décadas Cafiero al lado de Alfonsín cuando los ataques carapintadas. Y no del lado de la destitución neogolpista, como en los peores capítulos de la historia de la UCR.

Es claro que no es políticamente correcto hablar de golpe, pero esto se le parece demasiado. Ni militar, ni de mercado, como tantas otras veces, éste sería un golpe de Estado de nuevo cuño, de accionar inédito, mediáticamente estimulado y con la misma ideología reaccionaria y neoliberal que ya padecimos.

Por eso, todas las concesiones que hizo CFK en estos meses ya no interesan. Lo que quieren es otro gobierno, uno que retroceda 15 años y restituya el modelo neoliberal del menemismo. E incluso muchos –aunque no lo confiesen– preferirían el autoritarismo de 30 años atrás.

Nada de eso quieren las grandes mayorías argentinas, y en particular el pobrerío nacional, que es el convidado de piedra de esta crisis miserable.

Se equivoca Lilita Carrió cuando dice que en contra de la ley que votará el Senado está “el 70 por ciento de nuestra sociedad”. Ese disparate deviene de que no conoce el interior del país y ahora se rodea sólo de la paquetería porteña. Pero más yerra cuando dice que “estamos en manos de un gobierno profundamente autoritario”, porque si hay algo de lo que no se puede acusar a los K es de autoritarismo. ¿Cuál? No ha habido represión en cinco años, ni un solo muerto en piquetes y manifestaciones políticas. Hay, y está a la vista, una libertad de prensa como jamás hubo en la Argentina. Se pusieron en marcha juicios ejemplares que antes se negaban. Se garantizó la expresión de todas y cada una de las protestas callejeras, en todo el país. Y CFK casi no firmó decretos de necesidad y urgencia. ¿De qué autoritarismo habla Lilita? No puedo creer que se haya olvidado del de Menem, o el de su ex correligionario De la Rúa.

No integro la llamada Carta Abierta, pero comparto muchas de sus posiciones. Yo también defiendo en este momento al gobierno K, a pesar de sus innumerables torpezas, de sus incongruencias, de su vocación de suicidio comunicacional, de sus permanentes metidas de pata, de sus necedades y falta de transparencia, y a pesar incluso de figuras irritantes como los señores Moreno, Jaime, D’Elía o De Vido, entre otros.

El fondo de la cuestión es que los patrones rurales y la oposición resucitada no vienen a derogar la 125; vienen por el gobierno que los votos no les dieron en diciembre pasado. Y que no les dan jamás, de hecho, y ésa es la razón única y profunda por la cual siempre acaban promoviendo golpes de Estado. Pero como el mote de golpistas no les gusta, la bestia negra del agrarismo dice que el golpe “es una invención de los K porque no saben cómo gobernar”. Sería gracioso si no fuese un argumento tan cretino y mentiroso.

Es hora de dejar de lado frivolidades como la indumentaria o el estilo de CFK, el gobierno dual o la injerencia del “ex presidente en funciones”, como machaca diariamente desde hace meses el dirigente periodístico Nelson Castro. Todo eso es distractivo, provocador y necio. Lo que hay que discutir es cómo mejorar el presente de un gobierno también necio y encima atontado, y cómo evitar que la República Argentina padezca otro gobierno neoliberal si cae Cristina –digo, es un decir, si cae– que nos retrotraiga a las políticas neoliberales de los ’90, como bien escribió ayer Eduardo Aliverti.

Eso es lo que ocultan los rentistas del agro, y eso es lo que perjudicará y condenará a la inmensa mayoría de los bienintencionados que esta tarde probablemente estén en el acto de Palermo. Ciegos, no ven que mientras la democracia sigue en riesgo, si se cambia este gobierno a muchos de ellos les va a salir el tiro por la culata por apoyar a sus verdugos. Como pasó tantas veces; la última, en marzo de 1976.

NOTICIA DE ULTIMO MOMENTO!!!

Manifestantes que arribaban esta mañana al acto en el Monumento a los Españoles comenzaron a desconcentrarse y abandonaban presurosos el lugar tras escuchar las declaraciones que Elisa Carrió hizo momentos antes a varias radios porteñas.
La jefa de la Coalición Cívica dijo: "No tenga dudas nadie en la Argentina que le pondré el cuerpo a la marcha".

lunes, 14 de julio de 2008

¡¡¡NO A LA MINA DE URANIO EN LA QUEBRADA DE HUMAHUACA!!!

Gente del blog:

La que sigue abajo es una carta que nos envió la colega y amiga Gabriela Tijman desde Tilcara. Creemos que vale la pena poner el gancho para que se vayan estos tipos de ahí.
Para adherir a la protesta, se ruega enviar mail con nombre y apellido, DNI y lugar de residencia a candombe@yahoo.com

"Amigos:

En Tilcara se abrieron dos listas para juntar firmas en contra de la mina de uranio. Una de ellas, integrada por habitantes de la región. Otra, especialmente dirigida a los turistas, que por estos días están llegando por las vacaciones de invierno.

Como sabemos que contamos con el apoyo de mucha gente que está lejos, iniciamos aquí una ronda para recibir adhesiones vía correo electrónico.

Por favor, incluir nombre y apellido, DNI y lugar donde viven.

Si qiueren algo de información, pueden ingresar a www.mineria.quebradaypuna.com

Mil gracias!"

EL FILOSOFO WENCESLAO TRAE NOTICIAS DE LOS MEDIOS

"El periodista Nelson Castro dirigirá una revista que será de publicación menstrual".

Información suministrada por el filósofo y obispo catamarqueño Wenceslao Villafañe Espinosa.

FRASE DEL DIA

"Nosotros no nos vamos a dejar aplastar jamás por la bosta oligárquica y traidora de los vendepatria que han explotado a la clase trabajadora; porque nosotros no nos vamos a dejar explotar jamás por los que, vendidos por cuatro monedas, sirven a sus amos de las metrópolis extranjeras y entregan al pueblo de su patria con la misma tranquilidad con que han vendido el país y sus conciencias".
Eva Perón

ESTOS TIPOS QUE VEN GOLPISTAS POR TODOS LADOS

Nota publicada ayer por el perdiodista Joaquín Morales Solá en el diario La Nación. En el texto, el analista político que desayunaba en Tucumán con el general Antonio Bussi tranquiliza a la sociedad y deja de lado cualquier posibilidad de golpe de Estado.

La paz social en la Argentina está en vilo

El peronismo es un remolino de sublevaciones al líder. Ningún otro jefe formal del justicialismo perdió tanto poder en tan poco tiempo. Un peronismo clásico, que aspiró siempre a ser homologado por otros partidos del mundo, se está levantando en distritos cruciales del país. Kirchner terminó rodeado por Guillermo Moreno, Luis D Elía y Ricardo Jaime, hombres que son como petardos que estallan bajo las faldas de la clase media.

Una división dramática entre sectores sociales y una ofensiva de empujones y patadas sobre empresas extranjeras, está dejando al kirchnerismo demasiado cerca del chavismo venezolano. Acorralado por la dinámica de la crisis y por la mezquindad de las encuestas, apareció un Kirchner callejero, intimidatorio y rupturista. Lo fue antes, pero en una versión más suave, casi teatral, comparado con las duras constataciones de los días recientes. Su estrategia de empujar sin detenerse ya provocó una implosión del kirchnerismo en Santa Cruz, que expulsó de Río Gallegos al matrimonio presidencial para encerrarlo en la aislada exclusividad de El Calafate. ¿Cuánto hay de esa tendencia al aislamiento del liderazgo en la actual crisis argentina?

No se pueden llevar malas noticias . Un funcionario fue aleccionado de esa manera por otro kirchnerista disciplinado cuando aquél amenazó con llevar ráfagas de realismo a la residencia de Olivos. Ningún jefe político debería ignorar que en una semana cobraron enorme fuerza pública dirigentes peronistas como Carlos Reutemann, Felipe Solá o José Manuel de la Sota, todos críticos del kirchnerismo. De la Sota fue quien llegó más lejos con una definición que parece también un ultimátum: El peronismo no permitirá que nadie lo estrelle , asestó públicamente. A su lado estaba Eduardo Duhalde, el más impaciente entre los caudillos peronistas. Duhalde está convencido de que el peronismo debe contener al peronismo, para salvarlo a éste de una crisis terminal en manos de Néstor Kirchner.

El ex presidente ya ha hecho suficientes méritos como para que su esposa le ponga en las manos las dos valijas para que se vaya de Olivos, lo que, según el propio Kirchner, significaría que perdió definitivamente ante la Presidenta. El mismo día que el Gobierno, incluida Cristina Kirchner, se regodeaba con largas reuniones con el influyente subsecretario de Estado norteamericano, Tom Shannon, el ex presidente la desalojaba de la primera página de los diarios y de los principales noticieros de la televisión. Fue cuando Kirchner convocó a sus militantes a enfrentarse en la calle con los simpatizantes del ruralismo, el martes próximo, y cuando le ordenó a Ricardo Jaime la ofensiva final contra los dueños españoles de Aerolíneas Argentinas.

Shannon vino a la Argentina para dar por superada la crisis política por las voluminosas valijas de Antonini Wilson y para tender los puentes imprescindibles con miras a la próxima transición entre dos gobiernos en Washington. No habrá espacio ni tiempo para acuerdos más profundos. Alberto Fernández lo recibió con un largo almuerzo en el comedor presidencial y la Presidenta tomó el té con él durante más de una hora. En el momento en que ellos ordenaban esa dañada relación, otro sector del Gobierno hacía estallar la relación política con España, cuyos líderes han estado siempre muy cerca de los Kirchner.

Muy pocos gobiernos han carecido de una línea estratégica, buena o mala, como el kirchnerismo. Le da lo mismo llamar "basura" a gestiones del gobierno norteamericano que hablar luego cordialmente con uno de sus principales funcionarios. Le es igual pedirle un favor al rey Juan Carlos (que recibió a Cristina en calidad de candidata en su casa de verano y el monarca no hace nunca esas cosas) que echar del país como forajidos a empresarios muy cercanos al rey.

El caso Aerolíneas Argentinas es un ejemplo claro de lo que un gobierno no debe hacer cuando se quiere tener una buena relación con otro gobierno. Hubo un cambio constante en el discurso. El matrimonio presidencial le explicó a Rodríguez Zapatero en noviembre pasado, en Olivos, que los empresarios españoles eran muy buenos y que los sindicatos aeronáuticos eran muy malos. La Presidenta les ratificó su confianza a los empresarios en enero y acordó otra vez en Lima con el jefe del gobierno español, en marzo, encausar el problema de la aerolínea.

Nada de eso se cumplió porque el problema quedó en poder de Ricardo Jaime, que viene amenazando con echar a los españoles de Aerolíneas desde hace mucho tiempo, y conduce el conflicto con el sindicato de los pilotos sentado a su lado. En una reunión cerrada del oficialismo se llegó a levantar una bandera contra los nuevos colonizadores en alusión a los dueños de la compañía, los principales referentes empresariales de España. El canciller Jorge Taiana estaba en Madrid y su gobierno le había informado muy poco.
El canciller no sabía si darles la mano a los colonizadores o, más tarde, si hablar amablemente, como lo hizo, con Shannon, el otrora representante del imperio . Hizo las dos cosas, por las dudas. En el universo kirchnerista nunca sabe dónde está la próxima curva del discurso.

Sobre el fin de semana, Alberto Fernández comenzó una negociación con el ministro de Industria de España, Miguel Sebastián, para acordar una salida negociada y serena de los actuales dueños de la aerolínea. La vicepresidenta del gobierno español, Fernández de la Vega, sinceró la gravedad del problema: es una cuestión bilateral, dijo, y, por lo tanto, diplomática. El problema es que la cuestión siempre vuelve a Jaime, que carece de cualquier credibilidad. Llegó a imitar los métodos de la vieja Unión Soviética: les ordenó a los españoles que hicieran una autocrítica pública y que entregaran la empresa o terminarían en un Gulag. La diplomacia y Jaime nunca se han cruzado en sus vidas.

Guillermo Moreno casi les hace perder a los senadores kirchneristas la ajustada mayoría que dicen tener para aprobar el régimen de retenciones tal como salió de Diputados. Con otro show de Moreno, la batalla estará perdida , reconoció un legislador oficialista. Moreno no se privó de llevar al Senado un karateca de guardia de corps. Pero lo peor fue la arrogancia que usó para describir un país que no es éste.

José Pampuro, Miguel Picchetto y Nicolás Fernández son los senadores kirchneristas que están logrando una estrecha mayoría del oficialismo. No les es fácil: la figura díscola de Reutemann es atractiva para muchos peronistas. Kirchner tampoco los ayuda. Con la inmediata adhesión de D Elía, el ex presidente convocó a un sector social a enfrentar con otro sector social. Kirchner se rodea en los últimos tiempos sólo de personajes como D Elía, Carlos Kunkel o Jaime. La Capital será el martes el escenario de una fractura expuesta de la sociedad. La paz social está en vilo.

En conversaciones periodísticas, Shannon volvió a reclamar seguridad jurídica en la Argentina para las inversiones externas, justo en los días en que se resolvía de la peor manera la inversión española. Los españoles no saben contra cuál empresa hispana seguirá luego el kirchnerismo. ¿Podría haber nuevas inversiones norteamericanas?, se le preguntó a Shannon. Todo depende de la Argentina , respondió. La Argentina no ha salido aún del siglo XX, ensimismada en sus pobres trifulcas, en una especie de conmovedor soliloquio ante el infinito.

¿DE QUE LADO ESTAS, CHABON?

Nota del periodista Eduardo Aliverti publicada en la edición de hoy del diario Página 12.

La definición

Ya no tiene mayor sentido la discusión en torno de retenciones, compensaciones, toneladas y cualquier vocabulario ad hoc. Todo eso quedará para otro momento, aunque algunas rondas mediáticas sugieran lo contrario. Lo excluyente es una cuestión ideológica y de conducción política en la que está en juego, directamente, la suerte del Gobierno. Y, con ella, la del rumbo que le espera a este país en el mediano plazo, según sea que el kirchnerismo consiga mantenerse en pie o que la derecha parida por acciones propias y ajenas le tuerza el brazo.

Con alguna dosis de ingenuidad podía esperarse que los gauchócratas dejaran pasar el debate y la votación en el Senado, para recién después volver a la carga. Fue al revés y no hay de qué sorprenderse. A medida que el tiempo transcurría y el Gobierno los alimentaba con sus espectaculares errores de comando y comunicación, con una Presidenta decepcionante en términos de liderazgo político, y el esposo cubriendo ese vacío mediante el manoteo de las lealtades que le quedan con su estilo de elefante en bazar, fue cristalino que el movimiento campestre está sacado y dispuesto a ganar como sea. ¿Ganar la eliminación de las retenciones móviles? De ninguna manera. Esa es la base operativa del objetivo terminal, consistente en la destrucción, si humillante mejor, del precepto intervencionista del Estado en las rentas extraordinarias. De eso se trata: cuál sentido, cuál construcción de imaginario se impone más allá, incluso, de las severas contradicciones del Gobierno a la hora de mostrar autoridad moral para imponer su Gran Relato. Aunque en el caso de las exportaciones petroleras el monto de “retención” estatal casi dobla al de las agrarias, el kirchnerismo quedó preso de mostrar que sólo afecta las ganancias gigantescas del “campo”. Porque los gauchócratas ganaron la lid comunicacional en ese sentido, por escándalo, y porque es cierto. Lo que interesa es si, aun cuando permanezca intocada la mayoría de los bloques de la clase dominante, los sectores medios toman como natural y obligatorio que se eche mano al bolsillo de algunos privilegiados supremos; o si adoptan la escala de valores de éstos, reasumiendo la pauta del sultanato menemista: la copa de los ricos sólo alcanzará a los desprotegidos una vez que desborde.

En resumidas cuentas, acá se juega si por obra y gracia de las faltas y desmadres gubernamentales (inflación, talantes conductivos, carencia de planes de desarrollo a largo plazo, impuestos regresivos, injusta distribución de la riqueza, etcéteras) se aceptará que no hay que meterse con “el campo” porque el campo “nos da de comer”. Es sobre ese imaginario simplista y reaccionario que operan los gauchócratas, ayudados (no hay que cansarse de repetirlo) por un Gobierno que paga las consecuencias de haber creído que eran eternos los laureles de la recuperación de 2001/2002. Las pinzas de ambas cosas redundan en la simpatía despertada por el campechanismo bruto y conservador de De Angeli; la Federación Agraria subida a la Rural y viceversa; las sectas de izquierda anudadas con las cuantías oligárquicas; los progres sueltos que con su hibridez sirven de pared para el rebote de Miguens, Llambías y Cía.; los cerebros de teflón que conducen programas periodísticos y noticieros, ordenados por la lógica sistémica de sus patronales corporativas.

El Gobierno está perdiendo. No todavía por goleada. Son peronistas. El manejo del poder por el poder mismo les es constitutivo en su genealogía histórica. La oposición es un mamarracho. Los sectores populares están aún bajo control. Las clases medias enojadas no son unívocas y tampoco comen vidrio sin parar. Pero el kirchnerismo pasó a la defensiva, y en lo inmediato cuenta con la pelea voto a voto en el Senado y en no pasar un papelón cuando se coteje su acto del martes contra el de los campestres. Si pierde la votación en el Senado sufrirá un golpe que no necesariamente lo dejará nocaut. Lo mandará a la lona, eso sí. Y si se levanta será contra las cuerdas. Ganar la votación sería diferente sólo desde el efectismo. Porque después vendrá la Justicia, las rutas o lo que sea. Un escenario de conflicto permanente, que se llama batalla cultural y que es lo que el kirchnerismo está perdiendo, porque pasó a carecer de liderazgo hacia fuera y hacia dentro. No se anima por izquierda y lo acuestan por derecha. Los medios ya comienzan a hablar de la sensatez de Reutemann, el Menem blanco, y son un coro en cadena nacional donde sólo se escuchan o reproducen las voces campestres: porque así son los grandes medios, que invariablemente se abroquelan ante cualquier indicio de mínima amenaza contra el parámetro del botín, y porque no tiene casi a nadie y casi nada que salga a contestar como se debe, aunque sea para caer con las botas puestas. Los flancos que deja el Gobierno son prácticamente inverosímiles. Hay un ministro de Economía que no existe y en el Senado largan al ruedo a Guillermo Moreno, para sostener que la única inflación verdadera es la oficial. ¿Cómo se entiende una vocación suicida de esta naturaleza? La única explicación que se le ocurre al firmante es que esa destreza masoquista está en línea con suponer que la Argentina es Río Gallegos, y que la comunicación no es una herramienta estratégica.

Esta es una sociedad enormemente compleja, vista desde la constitución e intereses de las clases y capas que la componen. No hay otra igual en América latina. No cuentan factores étnicos, no limita con los Estados Unidos, no es un país-continente, no hay militares como factor de poder, no es una estancia extendida pero sin relevancia estratégica, no es una economía del contrabando, no es una foto congelada de oligarquía patricia y brutal con capacidad dirigente. No. En lugar de esos problemas tiene (entre otros, por supuesto, pero no el problema menor) el de una clase media extendida, despedazada en núcleos donde cuentan factores de ingreso, históricos, culturales, urbanos y de disconformismo perpetuo. Comandar ese ajedrez, al que ahora se sumó el nuevo sujeto sojizado de las ciudades y pueblos del interior, es un trabajo insalubre que requiere de liderazgos políticos capaces de licuar la histeria del jamón del sandwich. Están abajo pero su sueño es ser como los de arriba.

Las torpezas o limitaciones ideológicas del kirchnerismo están regalando esa franja, no suficiente pero sí imprescindible para el control del poder. Y salvo una nueva épica más abarcadora y movilizante, que concite entusiasmo, esto puede terminar en Que Vuelva Carlos versión dos mil y pico. Ya no cuentan ni las retenciones ni las toneladas de soja. Lo único que cuenta es si habrá de confundirse al enemigo.

¿QUIEN TIENE LA PALABRA?

Extractos de la columna que el filósofo José Pablo Feinmann publicó ayer en el diario Página 12.

(...) Lamentablemente la Carta que firman tantos de los mejores hombres y mujeres de la cultura de este país tiene poca eficacia. Un movilero de algún canal o alguna radio del Poder Mediático, bien adoctrinado, logra más con este simple mecanismo: el tipo va a una movilización del Gobierno y encuentra a un obrero. Le pregunta: “¿Cómo lo trajeron aquí?”. Después va a un agro-cacerolazo, se acerca a una joven o a un joven y pregunta: “¿Por qué viniste aquí?”. La basura queda en la conciencia pasiva del que escucha o del que mira. El groncho de la Presidenta no va, lo llevan. No tiene voluntad propia. Le dan un choripán y ahí lo tienen. Comiendo de la mano de los gordos de los sindicatos. ¿O los grasas peronistas no son así? Por el contrario, el teflón-boy (o la teflón-girl), el garca que se ha venido desde Acassusso o Recoleta, es la expresión de una conciencia autónoma. El ha elegido libremente. Sabe la causa por la que lucha. Nadie va a comprarlo. Es lúcido. Es culto. Es la expresión de la libertad del ciudadano. Esto llega, penetra porque expresa el racismo de gran parte de nuestra clase media (de toda la alta) y de los sectores de elevado poder adquisitivo que, según es larga tradición, enfrentan otra vez a un gobierno peronista, aunque este Gobierno sea tibiamente nacional y popular, pero ha incurrido en el horror del intervencionismo de Estado, y algunos otros imperdonables horrores también. Si no, la embestida que sufre no sería tan a fondo. (...)

(...) Luego, el poder mediático. Que tiene algo claro: no hay que tocar la Ley de Radiodifusión. Ahora bien, ¿cuál es el reemplazo a este Gobierno que tanto odio les despierta? Cualquiera lo sabe: no puede ser otro que Duhalde. El viernes 11 de julio, muy sonriente, se reunió con Jorge Busti. Hay que implantar un eje de poder opuesto al de Kirchner dentro del peronismo: éste fue el resultado de la reunión. Pero Duhalde no dará la cara. Tiene a su hombre, tiene la cara de Reutemann. Todo lo demás es palabrerío, aunque funciona bien. Puede que Cristina F. irrite a algunos. Puede –como me dijo alguien– que esta gente despierte “muchos odios”. Lo dijo porque se lo dijeron pero el mensaje entra. Los Kirchner provocan. Se los ve soberbios. Tienen marchas y contramarchas. Dan ventajas. Pero si se leyera la Carta de los intelectuales se vería que nosotros no saltamos de alegría por todo lo que hace este Gobierno. Sólo sabemos que, sin ser de izquierda, a la izquierda de él no hay nada. Y a la derecha, el aparato peronista manejado por Duhalde y con Reutemann como careta presidencial.

Es cierto que hay corrupción en este Gobierno. Eso va en contra de todos nuestros principios. Aquí no rige ni regirá el “roban pero hacen”. Pero tampoco podemos ser tan ingenuos: cualquier otro ha robado y robaría más. La política ya no se ejerce –ni aquí ni en ninguna parte– sin el dinero como arma de convencimiento, de presión o de amenaza. Uno no puede aceptar eso. Yo no podría hacer política. Pero en este gobierno (que, además, es democrático) habrá siempre mayor voluntad de transparencia que en uno manejado por el duhaldismo en pleno dominio del corleónico aparato peronista. Si lo tiran, sabemos lo que podemos esperar. Lo de siempre: el ostracismo, la vereda de enfrente, lo peor. Lo único que tienen como alternativa quienes desean debilitarlo y, a la larga, hacerle morder el polvo, es otra variable del peronismo. Pero bien de derecha. Tan de derecha que es temible. Sobre todo porque dará cauce al odio oscurantista de los cruzados iracundos de estos días. Y a la Sociedad Rural, que avaló e impulsó el genocidio y eso no se borra diciendo alegremente “cambiamos”. Cuando se apoyaron ciertos horrores, no hay retorno.

LOS DUEÑOS DE LA TIERRA ¿VISTE?

Nota publicada ayer en el diario Página 12 por el periodista David Cufré.

Los gordos de 20.000 hectáreas

Grupos económicos y familias tradicionales como B&B, Blaquier, Bullrich y Pueyrredón, entre otros, fueron los que introdujeron el modelo de agronegocios. Por qué se oponen a las retenciones.

Parece difícil imaginar que el conflicto entre un sector del campo y el Gobierno pudiera haber alcanzado semejante magnitud si sólo expresara las reivindicaciones de pequeños chacareros al borde de la ruina. Antes de su alianza con la Sociedad Rural, Federación Agraria no consiguió jamás el espacio mediático y la incidencia política que exhibe en esta oportunidad. Cuando Eduardo Buzzi era integrante del Frenapo, la iniciativa de principios de década que exigía un subsidio universal para mitigar una pobreza creciente, no aparecía a diario en la televisión. A esta altura queda claro que no está peleando por la reforma agraria, ni siquiera por la vuelta de las juntas de granos y de carnes, sino por lo mismo que un actor social que históricamente sí consiguió los más variados apoyos políticos y una amplia difusión de sus ideas, al punto de que son dueños de diarios nacionales y provinciales, además de miles y miles de hectáreas.

El investigador de Flacso Eduardo Basualdo elaboró un informe que describe a ese sector económico de elite, nombre por nombre. Son los tradicionales dueños de la tierra. Los mismos que en la década pasada extendieron aún más sus propiedades sacando provecho de un modelo económico y una política agrícola que provocó la desaparición de más de 100 mil chacareros. En aquellos años hubiera resultado imposible la alianza entre ellos y la estrella del momento, Alfredo De Angeli, ya que en aquel tiempo no había cámaras para registrar los remates de campos que se producían a diario. De Angeli ahora dice que el secretario de Agricultura de los ’90, Felipe Solá, es quien más sabe de política agropecuaria.

Basualdo realizó su investigación centrándose en quienes poseen más de 20.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires. Y llegó a la conclusión de que siguen siendo los “actores decisivos” del campo argentino, incluso por sobre los pools de siembra. Son el verdadero poder del campo, en una economía donde la renta agraria volvió a prevalecer sobre otras actividades por los precios record de las materias primas. Las retenciones móviles se meten con esa renta extraordinaria. Esa es la razón profunda del conflicto. Lo demuestra el hecho de que los pequeños y medianos productores no pudieron hacerse oír cuando se fundían, sólo lo consiguen ahora que su reclamo coincide con el de ese segmento clave del establishment.

El mismo Buzzi reconoció el 16 de marzo en un reportaje con PáginaI12 que lo peor que les puede pasar en este momento a los pequeños productores es entregar su campo en alquiler, a valores inéditos, para convertirse en rentistas, una realidad muy alejada de aquella de los remates, cuando perdían la propiedad de la tierra.

En ese entonces, dice Basualdo, cinco grupos económicos y 35 grupos agropecuarios lograron ampliar sus dominios en el campo. Los primeros son Bunge & Born, Loma Negra (Amalia Lacroze de Fortabat), Bemberg, Werthein y el ingenio Ledesma (familia Blaquier). En total poseen 396.765 hectáreas en la provincia de Buenos Aires, lo que arroja un promedio de 79.353 hectáreas cada uno. La familia Bemberg, ex propietaria de Cervecería Quilmes, diversificó sus negocios en distintos rubros, pero se declara propietaria de 60.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires, otras 73.000 en Neuquén y 10.000 en Misiones. La característica común de esos grupos económicos es que construyeron sus imperios a partir de las ganancias surgidas de las actividades rurales.

Los grupos agropecuarios están constituidos mayormente por familias de la aristocracia, que dieron origen a la Sociedad Rural. Son 35, que reúnen un total de 1.564.091 hectáreas, a razón de 44.688 hectáreas cada una en promedio. Figuran las familias Gómez Alzaga, con 60.000 hectáreas, Anchorena, con 40.000, Balcarce, Larreta, Avellaneda, Duhau, Pereyra Iraola, Ballester, Zuberbühler, Vernet Basualdo, Pueyrredón, Bullrich, Udaondo, Ayerza, Colombo, Magliaro y Lanz, entre otras.

En total existen en la provincia de Buenos Aires 1294 propietarios con más de 2500 hectáreas. Son 799 los que tienen entre 2500 y 4999 hectáreas, 242 entre 5000 a 7499 hectáreas, 92 entre 7500 y 9999 hectáreas, 108 entre 10.000 y 19.999 hectáreas y 53 de 20.000 en adelante, incluidos los estados nacional y provincial. En conjunto, son dueños de 8,8 millones de hectáreas, algo más del 32 por ciento del total de la provincia.

Basualdo ubica como causa central del predominio dentro del campo argentino de los grandes propietarios de más de 20.000 hectáreas la posibilidad de aprovechar economías de escala. Fueron los que introdujeron el modelo de agronegocios imperante. Desde mediados de los ’90, explica, “se consolidan modificaciones tecnológicas y en el proceso de trabajo que tienen un efecto desigual en los productores de distinto tamaño, porque potencia las denominadas economías de escala. Es decir, hacen más pronunciada la reducción del costo por hectárea a medida que aumenta la superficie trabajada”. El investigador de Flacso sostiene que los pools de siembra imitaron el modelo que impusieron los grandes propietarios. Fueron éstos quienes lo consolidaron y perfeccionaron: “Primero con las privatizaciones, después con las semillas transgénicas y finalmente con la difusión de la siembra directa”, detalla.

Los grandes propietarios tienen un acceso diferenciado a los servicios privatizados, como los trenes de carga, señala Basualdo. Los sucesivos lockouts de las entidades ruralistas no fueron para cuestionar este esquema, sino en su defensa, expresado en el rechazo a las retenciones móviles. Los representantes de los verdaderos pequeños campesinos, dueños de una, cinco o diez hectáreas en la zona extrapampeana, no lograron repercusión pública para explicar los efectos de la sojización sobre sus producciones. Ellos sí se ven forzados a entregar sus tierras en provincias como Santiago del Estero, Formosa, Salta o Chaco, por la llegada de la soja. De ese espacio no logró emerger ningún De Angeli.


Los 35 más grandes

Los 35 grupos agropecuarios con más de 20.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires son los siguientes: Gómez Alzaga-Balcarce-Larreta, Duhau-Escalante-Avellaneda, Pereyra Iraola-Anchorena, Beraza, Duggan, Santamarina, Santamanina-De Alzaga, Galli-Lacau-Rossi, Lafuente-Mendiondo, Lalor, Ballester-Tronconi, Paz Anchorena, Beamonte, Blaquier, Ochoa-Paz, Guerrero, Harriet, De Apellaniz, Anchorena Zuberbühler, Inchauspe, Sansot- Vernet Basualdo, Pueyrredón, Defferrar, Duhau Nelson, Bullrich, Pereda-Ocampo, Zubiaurre, Herreras Vegas, Arrechea, Harriet, Lalor-Udaondo, Fuchus Facht, Colombo-Magliaro, Ayerza-García-Zuberbühler y Lanz.

MIRA EN QUE GASTAMOS LA GUITA

Excelente nota del periodista de Página 12 Diego Rubinzal, publicada el 6 de julio.

FINANCIAMIENTO DE LA IGLESIA CATOLICA
Dinero del Estado

Por diferentes vías, el Estado nacional transfiere recursos para el sostenimiento de la Iglesia Católica. Fondos para las escuelas privadas.

El financiamiento de la Iglesia Católica se debate muy poco, e incluso entre los fieles existe desconocimiento sobre cómo se solventa la estructura religiosa. Hace algunos años, una encuesta de Gallup reveló que solamente el 18 por ciento de los cristianos identificó al Estado como la principal fuente de financiamiento de la Iglesia. La mayoría de los consultados (42%) sostuvo que el principal aporte proviene del Vaticano. La Constitución nacional garantiza el sostenimiento del culto católico, apostólico y romano. En la práctica, el aporte del Estado nacional se cristaliza a través de distintos mecanismos.

Los arzobispos y obispos gozan de una asignación mensual equivalente al 80 por ciento de la remuneración fijada para el cargo de juez nacional de primera instancia. En el caso de los obispos auxiliares y del secretario general del Episcopado, el aporte es del 70 por ciento. Actualmente existen 122 prelados a los que alcanza esta disposición.

También se prevé una ayuda para la formación del clero. A tal fin se destina un monto equivalente a un sueldo de la categoría 10 del escalafón del personal civil de la Administración Pública nacional por cada alumno de nacionalidad argentina del Seminario Mayor. Se calcula que existen 1600 seminaristas.

Existen jubilaciones graciables para los sacerdotes carentes de otro beneficio previsional equivalente al haber mínimo de jubilación del régimen nacional para trabajadores en relación de dependencia. Ese haber es cobrado por unos 70 sacerdotes en todo el país.

Por último, se destina una asignación mensual equivalente a la que corresponda a la categoría 16 del escalafón del personal civil de la Administración Pública nacional a los curas párrocos o vicarios ecónomos de parroquias situadas en zonas de frontera o –de acuerdo con el texto legal que regula esta asignación– “de aquellas ubicadas en otras zonas que, por sus características, también requieran la promoción de su desarrollo”. Esta disposición comprende actualmente a 570 sacerdotes.

Todas estas asignaciones son abonadas por el Estado nacional a la Conferencia Episcopal Argentina, que es el organismo encargado de distribuir los fondos a sus destinatarios.

Además de esos aportes, existen subsidios al clero ante determinados acontecimientos: viajes en cumplimiento de acciones pastorales, sínodos, conferencias regionales, Tribunales Eclesiásticos.

En total, de acuerdo con el Presupuesto 2007, el aporte del Estado ascendió a 16.600.000 millones de pesos.

Sin embargo, esa cifra no computa los principales aportes que recibe la Iglesia: la subvención a los colegios privados católicos.

Desde 1947, el Estado subsidia la educación privada. Los montos han venido creciendo en forma constante. En la Capital, durante 2006 se destinaron cerca de 280 millones de pesos para solventar esta subvención. En la provincia de Buenos Aires, el aporte para las 4300 escuelas católicas sumó mil millones de pesos.

Los montos presupuestados tampoco incluyen el dinero que el Estado transfiere a distintas instituciones ligadas a la Iglesia Católica que realizan tareas de ayuda social. Consultado por Cash, Fortunato Mallimacci, especialista en temas religiosos, afirmó que “es cuantiosa la cantidad de dinero que a nivel nacional, provincial y municipal reciben las instituciones católicas bajo el paraguas de sociedad civil, ONG, Tercer Sector, en capacitación, evaluación, monitoreo y ejecución de miles de proyectos”.

Además de los aportes directos, la Iglesia recibe un apoyo no menor: las exenciones impositivas. Los bienes y los fondos que recauda el clero están exentos del pago de distintos tributos de carácter nacional y provincial.

Existe un proyecto de ley que intenta realizar algunos cambios al esquema de financiamiento actual. La iniciativa permite a los fieles realizar un aporte a la Iglesia, que serían deducibles del impuesto a las Ganancias hasta un tope del 5 por ciento de la ganancia neta. La propuesta cuenta con el apoyo de importantes sectores del clero que quieren una mayor independencia económica de la Iglesia. Sin embargo, la renuncia al aporte estatal no sería total. El proyecto define que si los aportes realizados por los contribuyentes fueran inferiores al aporte estatal establecido en la última Ley de Presupuesto, el gobierno federal aportará la diferencia.

Según Mallimacci, “el dinero que recauda la Iglesia Católica en la Argentina para acrecentar sus fondos y financiar sus propias actividades es casi ínfimo, como lo demuestran las colectas que se hacen por Cáritas”.

LA NUEVA DERECHA ARGENTINA

Tercer trabajo del Espacio Carta Abierta, a propósito del conflicto entre el Estado y las entidades agropecuarias por los derechos de exportación.


Carta Abierta/3
La nueva derecha en la Argentina


¿Cómo se puede reclamar la nacionalización del petróleo cuando la lucha que se despliega es contra una medida progresiva de índole impositiva? ¿Cómo se puede llamar a la lucha contra la pobreza con aliados que expresan las capas más tradicionales de las clases dominantes? Algo ha sucedido en los vínculos entre las palabras y los hechos: un disloque. Los símbolos han quedado librados a nuevas capturas, a articulaciones contradictorias, a emergencias inadecuadas. Ningún actor político puede declararse eximido de haber contribuido a esa separación. Las situaciones críticas obligan a preguntarse qué palabras le corresponden a los nuevos hechos. Entre las batallas pendientes en la cultura y la política argentina, está la de nombrar lo que ocurre con actos fundados en una lengua crítica y sustentable. Sin embargo, hoy las palabras heredadas suelen pronunciarse como un acto de confiscación. Cualquier cosa que ahora se diga vacila en aportar pruebas de su enraizamiento en expectativas sociales reales. Parece haber triunfado la “operación” sobre la obra, el parloteo sobre el lenguaje.

“Clima destituyente” hemos dicho para nombrar los embates generalizados contra formas legítimas de la política gubernamental y contra las investiduras de todo tipo. Una mezcla de irresponsabilidad y de milenarismo de ocasión sustituyó la confianza colectiva. “Nueva derecha” decimos ahora. Lo decimos para nombrar una serie de posiciones que se caracterizan por pensarse contra la política y contra sus derechos de ser otra cosa que gestión y administración de los poderes existentes. Una derecha que reclama eficiencia y no ideología, que alega más gestión que valores –y puede coquetear con todo valor-, que invoca la defensa de las jerarquías existentes aunque se inviste miméticamente de formas y procedimientos asamblearios y voces sacadas de las napas prestigiosas de las militancias de ciclos anteriores. Esa derecha impugna la política como gasto superfluo y como enmascaramiento, pero es cierto que la impugna con más dureza cuando la política pretende intervenir sobre la trama social. Tiene distintas inflexiones: desde la ilusoria eficiencia empresarial del macrismo hasta el intercambio directo de dones y rentas imaginado en Gualeguaychú, sin Estado ni partidos, solo con golpes de transparecia contra lo que llaman obstáculos.

Transparencia social imposible, como no sea bajo un régimen cohercitivo, que expresa su desprecio hacia la política como capacidad transformadora, como intervención activa sobre la vida en común. De ese vaciamiento son responsables, también, los profesionales de la política que priorizaron sus propios intereses mientras sostenían un discurso de lo público. Demasiado tiempo vino degradándose el lenguaje político como para que no surgieran mesianismos vicarios y vaticinios salvadores que en vez de redimir el conocimiento político son el complemento milenarista del espontaneísmo soez. La nueva derecha viene a decir que eso no está mal y que se debe llevar a sus últimas consecuencias, disolviendo la instancia misma de la política. Es fundamentalmente destituyente: vacía a los acontecimientos de sentido, a los hechos de su historicidad, a la vida de sus memorias. Por eso, atraviesa fronteras para buscar terminologías en sus antípodas. Es una nueva derecha porque a diferencia de las antiguas derechas, no es literal con su propio legado, sino que puede recubrirse, mimética, con las consignas de la movilización social.

La nueva derecha puede agitar florilegios de izquierdas recreadas a último momento como préstamo de urgencia o anunciar compromisos caros a las luchas sociales de la historia nacional, sea Grito de Alcorta, sea la gesta de Paso de los Libres en 1933, sean las asambleas del 2001. Es una nueva derecha veteada de retazos perdidos pero no olvidados de antiguas lenguas movilizadoras. Condena el vínculo vivo de las personas y las sociedades con el pasado, llamando a un ilusorio puro presente que podría desprenderse de esas capas anteriores. Lo hace, incluso, cuando trae símbolos de ese pasado sujetándolos a relaciones que los niegan o vacían. Cita al pasado como una efemérides al paso. Será jauretcheana si cuadra, aplaudirá a Madres de Plaza de Mayo si lo ve oportuno, dirá que adhiere a Evo Morales si se la apura, y no le faltará impulso para aludir a los mayos y los octubres de la historia. Mimetismo bendecido, tolerado: es la nueva derecha que ensaya el lenguaje total de la movilización con palabras prestadas. Procede por expurgación y despojo: restándole a la realidad algunas de las capas que la constituyen y presentando en una supuesta lisura la vida en común. En ella no hay espesor, diferencias, desigualdades, violencias ni explotación; ella habla del “campo” trazándonos un dibujo bucólico de pioneros esforzados de la misma manera que considera la pobreza y el hambre como desgracias naturales o como penurias redescubiertas para sostener una mala conciencia de escuderos novedosos de los poderes agrarios tradicionales.

En la nueva derecha reina lo abstracto pero con la lengua presunta de lo concreto: precisamente la que hablan los medios de comunicación. A la trama moral de las acciones la tornan escándalo moral, denuncismo de sabuesos que dejan saber que las sospechas generalizadas sobre la vida política son instrumentos que pueden sustituir un pensar real. En ella se trata de reivindicar la honestidad de los ciudadanos-consumidores, su espontaneidad expresiva ante las manipulaciones de la vieja política; transparentar es su grito, mostrar un supuesto lenguaje sin espesura es su lema. Sin obstáculos, sin pliegues. Sus lenguajes apuntan a vaciar de contenido historias y memorias de la misma manera que buscan desmontar cualquier relación entre universo reflexivo-crítico y política transformadora. Devastación del mundo de la palabra en nombre de la brutalización massmediática; simplificación de la escena cultural de acuerdo a la continua mutilación de la densidad de los conflictos sociales y políticos.

La nueva derecha es ahora un conjunto de procedimientos y de prácticas que se difunden peligrosamente en las más diversas alternativas políticas. La aceptación de que la escena la construyen los medios de comunicación lleva a un tipo de intervención pública tan respetuosa de ese poder como sumisa respecto de las palabras hegemónicas. Hace tiempo que los estilos comunicaciones habituales recurren al intercambio de denuncias como una cifra moral, que parece menos un proyecto compartible de refundar la política en la autoconciencia pública emancipada que en la circulación de un nuevo “dinero” basado en un control de la política por la vía de un moralismo del ciudadano atrincherado, temeroso, ausente de los grandes panoramas históricos. Moralismo de estrechez domiciliaria, pertechada, víctima de miedos construídos y de oscuros deseos de resarcimiento. Es un viaje que parece no tener retorno hacia la espectacularización de una conciencia difusa de represalia. Es un recelo que va quedando despojado de contenidos, como no sean los parapetos medrosos de un pensamienteo consignatario. Todo lo que implica la misma incapacidad para descubrir que lo que llaman “opinión pública”, que en ciertos momentos de la historia, es un acatamiento a lo que habla por ella más de lo que ella balbucea de sí misma.

La nueva derecha se inviste con el ropaje de la racionalidad ciudadana, adopta los giros de lenguaje y los deseos más significativos de una opinión colectiva sin la libertad última para ver que encarna los miedos de una época despótica y violenta. Un intenso intercambio simbólico viene a sellar así la alianza entre la nueva derecha, los medios de comunicación hegemónicos y el “sentido común” más ramplón que atraviesa a vastos estratos de las capas medias urbanas y rurales del que tampoco es ajeno un mundo popular permanentemente hostigado por esas discursividades dominantes.

Lo que sucede en Bolivia, quizás el escenario más complejo de la región, debe alertarnos. No porque sean equivalentes los fenómenos sociales y políticos, sino porque el tipo de confrontación que las derechas bolivianas despliegan advierten sobre cuánto se puede decidir no respetar la voluntad popular, aáun apelando a frenesís plebiscitarios. En Argentina no estamos ante un escenario de esa índole pero sí asistiendo a la emergencia de nuevos fenómenos políticos reactivos y conservadores, que atraviesan partidos políticos populares y organizaciones sociales. Todo trastabilla ante la cuerda subterránea que tienden las nuevas derechas. La señora cansada del conflicto, el locutor de la noche harto de la refriega, el pequeño rentista fastidiado de las listas electorales que había votado. Las nuevas derechas ejercen su señorío como una forma de desencanto, llamando al desapego generalizado. El ser social por fin saturado de las dificultades de una época, llama bajo su forma reactiva, a no pensar la dificultad sino a refugiarse en el desafección política, en el módico mesianismo al borde de las rutas. Proclaman que actúan por dignidad cuando son economicistas y son economicistas cuando demuestran que esa es la nueva forma de la dignidad.

Atraviesan así toda la materia sensible de este momento de la historia nacional. Su frase predilecta, “no me metan la mano en el bolsillo”, hace de los actos legítimos de regulación de las rentas extraordinarias de la tierra, una ignominiosa expropiación. Tratan un bien nacional, como la productividad del suelo, como cosa meramente privada. Otras frases reiteran: “está loca”, e incluso se ha escuchado en la televisión de la noche de los domingos: “es satánico”. Se interpreta la intervención del Estado en el mercado en la clave de una psiquiatría obtusa de revista de peluquería, de chistoso de calesita o de pitonisa de boudoir. Menos se dice “hay que matarlos”, pero aparece en los añadidos que publican algunos periódicos cuando termina la redacción de sus propios artículos y comienza la carnicería opinativa en un anonimato electrónico sediento de desquite. ¿Ante quién? ¿para qué? No le importan las respuestas a una nueva derecha que recobra el linaje de las más impiadosas que tuvo el país. Ha soltado la lengua, pero aprendió a decir primero “armonía” y diálogo” mientras no ocultan la sonrisa sobradora cuando escuchan que se les dice “y pegue, y pegue!”.

Se considera una redención el uso del lenguaje más incivil del que se tenga memoria en las luchas sociales argentinas. Con impunidad lo han tomado, con rápido gesto de arrebatadores, del desván de los recuerdos y de las historias de gestas desplegadas en nombre de un ideal más igualitario. En un sorprendente movimiento de apropiación para travestirla en su beneficio, han movilizado la memoria de los oprimidos en función de sostener el privilegio de unos pocos, vaciando, hacia atrás, todo sentido genuino, buscando inutilizar una tradición indispensable a la hora de reestablecer el vínculo entre las generaciones pasadas y los nuevos ideales emancipatorios.

Es una operación a partir de la cual se definen las lógicas emergentes de esa nueva derecha que no duda en reclamar para sí lo mejor de la tradición republicana y democrática; es una nueva derecha que no se nombra a sí misma como tal, que elude con astucia las definiciones al mismo tiempo que ritualiza en un mea culpa de pacotilla sus responsabilidades pasadas y presentes con lo peor de la política nacional, bendecida por frases evangélicas que llaman oscuramente a la vindicta de los poderosos que aprendieron a hablar con préstamos del lenguaje de los perseguidos. Lo han hecho en otros momentos cruciales de la historia nacional. La nueva derecha inversionista ha comenzado por invertir el significado de las palabras. ¿Por qué no lo harían ahora?

Ante eso, es necesario recuperar otra idea de política, otro vínculo entre la política y las clases populares, y otra hilación entre hechos y símbolos. Si la nueva derecha reina en una sociedad mediatizada, una política que la confronte debe surgir de la distancia crítica con los procedimientos mediáticos. Si la nueva derecha no temió enarbolar la amenaza del hambre (como consecuencia de su desabastecedor plan de lucha), otra política debe situar al hambre, realidad dramática en la Argentina, como problema de máxima envergadura y desafío a resolver. Es cierto que, visiblemente, hoy no son muchos los que aceptan enarbolar blasones de derecha. Hay que buscarla en todos los lenguajes disponibles, en todos los partidos existentes, en todas las conductas públicas que puedan imaginarse. Los pendones que la conmueven pueden ser frases como éstas: la “nueva nación agraria como reserva moral de la nación”. Es el viejo tema de las nuevas derechas y la identificación, también antigua, de patria y propiedad, de nación y posesión de la tierra. Es el concepto de reserva moral como liturgia última que sanciona tanto el “fin del conflicto”, como un tinglado modernizante que no vacila en expropiar los temas del progresismo, pero para desmantelar lugares y memorias. Es una gauchesca de bolsa de cereales como acorde poético junto al horizonte del nuevo empresariado político. Podrán leer a la ida el Martín Fierro y a la vuelta los consejos de Berlusconi.

Los nuevos hombres “laboriosos”, persignados fisiócratas, se indignan porque hay Estado y hay vida colectiva que se resiste a vulnerar la vieja atadura entre las palabras y las cosas. Pero esto ocurre porque la materia ideológica, con sus venerables arabescos y citas célebres, ha quedado deshilvanada, reutilizada en rápidos collages de la nuevas estancias conservadoras del lenguaje. ¿Cómo descubrirlas? Su localización es la ausencia de nervadura social, pues se trata de desplegar para la Argentina futura, una nueva cultura social con un único territorio, el de las rentas extraordinarias que desea percibir una nueva clase ineerpretando estrechamente las graves necesdades alimentarias del mundo. Parecen campesisnos, parecen chacareros, parecen pequeños propietarios, parecen hombres de campo protagonizando una gesta. Pero no son ilusiones estas nuevas creaciones políticas de indesmentible base social nueva. Son los tractores embanderados, brusca señalización del paisaje que atrae por la carencia de todo matiz, de todo signo mediador. La nueva clase teatraliza una rebelión campesina pero traza un nuevo destino conservador para la Argentina. Marcha con vocablos fuera de su eje, en una combinación entremezclada que pone en escena la fusión entre formas morales de revancha y captura jocosa de los símbolos del progresismo social.

Asistimos a un remate general de conceptos. Nociones tan complejas como la de “patria agraria”, “Argentina profunda”, “nuevo federalismo”, han resurgido de un arcón honorable de vocablos, cuando significaron algo precioso para miles y miles de argentinos para salir hoy a luz como mendrugo de astucia y oportunismo. Como en los posmodernismos ya transcurridos, vivimos la sensación que en el reino de los discursos políticos e ideológicos, “todo es posible de darse”. Las palabras parecen las mismas, pero se han dislocado bajo una matriz teleteatral y un recetario de cruces de saltimbanqui, legalizados por la escena primordial de cámaras que infunden irrealidad y deserción de la historia en sus recolecciones vertiginosas. Un nuevo estado moral de derecha surge del neoconservadurismo que reordena los valores en juego, luego de que ha tramitado un liberalismo reaccionario y un modernismo que propone conceptos de la sociedad de la información para hacerlos marchar hacia un nuevo consenso disciplinador y desinformante.

Un nuevo sentido común producido por los tejidos tecnoinformativos nutre así el círculo de captura de imágenes y discursos. Se habla como lo hace la llamada “sociedad del conocimiento” y esta habla como lo hacen previamente quienes ya fueron tocados por la conquistada neoparla que insiste en estar “fuera de la política” pero munidos de jergas sustitutivas de la experiencia pública. Hasta el modo de ir a los actos políticos es puesto bajo la grilla admonitoria de un juez del Olimpo que dictamina los momentos de supuesta “falsa conciencia” de miles de conciudadanos que no poseerían la legítima pasión espontánea de los refundadores del nuevo federalismo sin historia, sin estado, sin instituciones, sin sujeto. El descrédito de lo político comienza por destituir a las masas populares y sus imperfectas maneras, para hacer pasar por buenas sólo las supuestas movilizaciones pastoriles roussonianas, efectivamente multitudinarias, que mal se sostienen bajo las diversas modalidades del tractorazo, más amenazante que bucólico.

Una república agroconservadora despliega entonces sus banderas de “nuevo movimiento social”. Tienen todo el derecho a expresarse pero el examen democrático del gigantesco operativo que han emprendido debe ser también interpretado. Se trata de sustituir un pueblo que consideran inadecuado con otro vestido con galas de revolución conservadora. Hay suficientes ejemplos en la historia del país y en las memorias constructoras de justicia para decir que no lo lograrán.

EL ANTES Y DESPUES DE LA DICTADURA

Estremecedor material facilitado por la Agencia Paco Urondo.

http://agenciapacourondo.blogspot.com/2008/07/el-antes-y-despus-de-la-dictadura.html

LA NACION Y LOS CORTES DE RUTA

Aquí va la respuesta a la adivinanza. Se trata de una editorial del diario La Nación publicada el 19 de junio de 2001, a propósito de los cortes de ruta de movimientos piqueteros en la ciudad salteña de General Mosconi.

Corte de ruta sangriento

Los trágicos enfrentamientos que se registraron anteayer en la provincia de Salta cuando efectivos de la Gendarmería Nacional, en cumplimiento de una orden judicial, intentaron desalojar a los piqueteros que mantenían bloqueada la ruta 34 desde el 30 de mayo último, pone de manifiesto una vez más el peligrosísimo germen de violencia que contienen las manifestaciones de protesta que se traducen en la ocupación indebida de lugares públicos.

Suponer que se puede interrumpir tumultuosamente durante 18 días el paso de vehículos por una vía de comunicación de vital importancia para el movimiento comercial y civil de una provincia sin que la autoridad pública intervenga en algún momento para restablecer el orden equivale a considerar que las leyes de la República no deben ser cumplidas y que los derechos de sus ciudadanos pueden ser pisoteados con absoluta impunidad.

Según la versión de los hechos proporcionada por las autoridades nacionales, los efectivos de Gendarmería fueron agredidos con disparos de armas de fuego por un grupo de francotiradores cuando intentaban persuadir a los manifestantes, con medios pacíficos y sin emplear la fuerza, de que dejaran de obstruir la ruta 34.

El juzgado federal N° 1 de Salta, que ordenó el desalojo de la ruta, manifestó asimismo que personas provistas de armas largas tipo FAL y cortas, con abundante munición y poder de fuego, balearon a los gendarmes y desencadenaron, así, los sangrientos choques que dejaron el lamentable saldo de muertos y heridos que se conoce. También el gobernador de Salta abonó la versión de que grupos civiles infiltrados entre los manifestantes fueron los primeros en abrir fuego contra los servidores del orden y atribuyó la responsabilidad por lo ocurrido a un plan de acción política gestado por grupos extremistas que tienen especial interés en evitar que los conflictos sociales se resuelvan pacíficamente.

Sectores vinculados con los piqueteros brindan una versión diferente de los hechos y hablan de que los manifestantes habrían sido reprimidos con violencia, pero el hecho de que 24 gendarmes hayan sido heridos en las piernas con balas -algunos de ellos se encuentran en estado grave- revela inequívocamente que entre los participantes de la protesta hubo personas que usaron armas de fuego y que la denuncia del gobernador de la provincia no carece de fundamento.

El corte de rutas se instaló en los últimos años en el país como método habitual de protesta para reclamar soluciones a determinados conflictos gremiales o para exigir medidas tendientes a paliar los efectos del desempleo. Sin dejar de reconocer que los niveles de malestar social son hoy en la Argentina muy elevados y que las quejas de los sectores más desprotegidos de la población están en muchos casos justificadas, es obvio que el recurso de obstruir las vías de comunicación de la República sólo sirve para agravar los conflictos y generar focos de violencia que alejan aún más la posibilidad de resolver de manera adecuada los problemas planteados.

Desde esta columna editorial hemos advertido en numerosas oportunidades que el corte de rutas constituye por sí mismo un acto de violencia inaceptable, que vulnera principios constitucionales, como los que garantizan el derecho de todo ciudadano de transitar libremente por el territorio nacional y de ejercer la libertad de comercio. Por lo tanto, los poderes del Estado no pueden permanecer indiferentes ante esa clase de provocaciones y tienen la obligación de asegurar la plena vigencia de esos derechos, reprimiendo a quienes obstruyen con prepotencia los lugares públicos y liberando las rutas de obstáculos.

Por lo tanto, quienes dirigen y organizan estas demostraciones de protesta deberían reflexionar severamente sobre las consecuencias de su irreflexiva conducta y comprender que utilizar la violencia para reclamar soluciones a los desequilibrios sociales sólo contribuye a engendrar males mayores que los que se pretende conjurar.

Lamentablemente, estas verdades sólo se advierten cuando ya es tarde, cuando ya la tragedia se ha consumado y la irracionalidad ha cobrado vidas humanas. Es hora de que las dirigencias gremiales asuman la responsabilidad que les cabe por los desórdenes que contribuyen a provocar y tomen conciencia de que la vía del diálogo y la negociación es siempre más fructífera que la de la provocación y la violencia.

Pero esto opinaba el mismo diario, siete años después, tras la "tremenda represión que sufrió" el chacarero entrerriano Alfredo De Angeli.

La siembra de odio y resentimiento

Hoy, la Argentina está nuevamente crispada, con la posibilidad cierta de que ocurran peligrosos enfrentamientos. Y no por obra de la casualidad, lamentablemente. Los hechos ocurridos ayer en Gualeguaychú, cuando una multitud de argentinos se volcaba a las calles de las principales ciudades y hasta de pequeñas localidades del país, para protestar por la detención del dirigente de la Federación Agraria de Entre Ríos Alfredo de Angeli y unos veinte ruralistas más, prueban que la Argentina está otra vez muy cerca de vivir momentos que no deberían repetirse nunca más.

En primer lugar, estamos crispados por un estilo de gobierno suficiente y a la vez empecinado, que exige respeto, pero que es incapaz de respetar. Que no se empeña sinceramente en tratar de afianzar la paz interior, sino que apunta a dividirnos y separarnos. Que no concibe que exista espacio alguno para el diálogo: todo es imposición, como si gobernar no implicara la sabiduría de rectificar rumbos frente a los errores que todos cometemos.

Estamos ante un estilo de gestión incapaz de entender que gobernar es también saber escuchar. Que, arrogante, cree ser dueño de la verdad y tener todas las respuestas. Que no advierte que la ignorancia es hija dilecta de la soberbia. Que simplemente no tolera el disenso. Que demoniza y humilla a sus adversarios y ataca, cada vez más, a los medios periodísticos independientes. Que no vacila un instante en denostar, insultar y lastimar, pero que se ofende ante los meros desacuerdos. Que cada vez está más sospechado de falsear abiertamente la realidad. Que se rodea de sumisos, y de sospechas de abusos y de corrupción. Que intenta controlar todo y a todos. Que, para someternos a todos, pretende que comamos siempre de su mano, lo que es una afrenta a la dignidad. Y que, además, amenaza e intimida de mil maneras.

También nos crispa una enorme concentración de poder político en pocas manos, con fórmulas inéditas entre nosotros, que nos empuja vertiginosamente hacia el autoritarismo. Aquella que alguna vez mereciera que el visionario Alexis de Tocqueville señalara, en su clásico La democracia en América : "Creo que la centralización extrema del poder político termina por enervar a la sociedad y por debilitar, a la larga, al mismo gobierno".

En el camino, hemos sido mudos testigos de una profunda y caprichosa deformación de principios esenciales de la Constitución, a la que demasiados, angustiados por la crisis de 2001, consintieron en silencio, por largo rato. Existe, asimismo, un vergonzoso sometimiento de alguna parte de la Justicia al poder político. Se ha destruido, en los hechos, el federalismo financiero. Vivimos acostumbrados a los silencios cómplices de muchos de nuestros legisladores, gobernadores e intendentes, como si fueran normales; algo que, por imperio de la seducción que ejercen los negocios con el Estado, se extiende a parte de nuestra dirigencia privada.

En ese ambiente, se advierte fácilmente la falta de coraje en muchos de nuestros políticos y dirigentes empresariales. Y, además, una falta de solidaridad real con quienes viven efectivamente postergados.

En este escenario, en el que una estructura de poder parece estar devorando todo para sostenerse a sí misma, no resulta extraño que la siembra permanente de odio, rencor y resentimiento nos crispe y nos divida.

Sin embargo, como lo hemos hecho numerosas veces desde estas columnas en los últimos tres meses, reiteramos que, hoy más que nunca, vale serenar los ánimos y buscar, y encontrar, nuevos caminos para retomar las negociaciones -una tarea ineludible para el Gobierno, porque tiene en sus manos las herramientas para hallar la solución-, pero esta vez sin desplantes y sin engaños. Está en juego la preciada paz de la Nación argentina, y nuestra sociedad espera que se haga realidad, y el diálogo y el reencuentro fructifiquen por fin.

LOS CHACAREROS EN 2003 Y 2008

A continuación estadísticas reproducidas en el blog del consultor Artemio López.







No más preguntas, señor juez.

¿ADIVINEN QUIEN AFIRMO ESTO?

Le damos a los lectores del blog media hora para que saquen esta adivinanza. Va el texto:

"Suponer que se puede interrumpir tumultuosamente durante 18 días el paso de vehículos por una vía de comunicación de vital importancia para el movimiento comercial y civil de una provincia sin que la autoridad pública intervenga en algún momento para restablecer el orden equivale a considerar que las leyes de la República no deben ser cumplidas y que los derechos de sus ciudadanos pueden ser pisoteados con absoluta impunidad".

EL FILOSOFO SE SALIO DE SUS CABALES

Wenceslao Villafañe Espinosa, el filósofo y obispo catamarqueño, aseguró esta mañana al blog:
"Seeeeeee, soy un negro de mierda ¿y qué?. ¿Y saben lo que voy a hacer como miembro del aluvión zoológico? Junto con cuatro compañeros de Villa Transradio vamos a secuestrar cinco viejos aviones de la Marina y vamos a bombardear con mierda líquida a todos los oligarcas, pitucos y tarados de la clase media que vayan mañana al Monumento a los Españoles y a toda su puta zona aledaña".

viernes, 11 de julio de 2008

NOTICIA DE ULTIMO MOMENTO

MURIO LA MEJOR COCINERA DEL MUNDO

Fue anotada en un registro civil de La Boca el 15 de marzo de 1930 como Filomena Ciminiello y se hacía llamar Norma, como la ópera de Bellini.
Tras su muerte, ocurrida el 5 de julio pasado en su pequeño departamento del barrio Los Perales, de Mataderos, la Asociación Mundial de Sociedades de Chefs (WACS, por sus siglas en inglés), con sede en el barrio parisino de Sorbonne, estableció nuevos nombres para los platos de Ciminiello.
Norma encabezaba hasta su muerte el `top five´ de los chefs cuyos restaurantes ostentan las prestigiosas cinco estrellas Michelin. La acompañaban en ese podio el catalán Ferrán Adriá, el francés Hervé This, el japonés Kunio Takuoka y el taiwanés Herman Lai.
De ahora en más, según la WACS, los calamares rellenos serán "Calamares a la Norma", los tallarines cortados a cuchillo con pesto de grelos y almendras "Tallarines del convento", las costillitas a la Villeroi "Carré al modo Los Perales" y su pasta fagioli "Macarroni al perfume de Barracas".

Descanse en paz, vieja.

OFICIALISTAS Y OPOSITORES

"Los que creen que quienes están en contra del campo son oficialistas, están convencidos de que toda la oposición es de derecha".

Nueva frase del filósofo y arzobispo catamarqueño Wenceslao Villafañe Espinosa.

EL ARGENTINO

"Si un boliviano, un paraguayo y un peruano invitan a un argentino y su familia a comer a sus casas, el argentino les dice que no y ni siquiera les agradece. Ahora bien, si un inglés, un estadounidense y un francés le dicen al argentino que le van a caer a su casa para comer un asado junto a otros veinte amigos y que sería bueno que les consigan unas putas, el argentino va corriendo al supermercado, sacrifica buena parte de su presupuesto, quema los muebles como leña y ofrece los servicios sexuales de su mujer y sus dos hijas".

Frase inaugural de la saga del filósofo y arzobispo catamarqueño Wenceslao Villafañe Espinosa.

NOVEDADES DEL BLOG

A partir de hoy se publicarán en este blog pensamientos, afirmaciones y teorías del filósofo y arzobispo catamarqueño Wenceslao Villafañe Espinosa.

LA NUEVA CGT

Muy buen chiste de Rudy y Paz.

DUEÑO DEL DIARIO, DE LOS CAMPOS Y DE LOS APRIETES

Pirulo publicado en la edición del 10 de julio del diario Página 12.

Presión sobre los senadores.

Los dirigentes del campo ya no saben qué hacer para hostigar a los senadores nacionales y convencerlos de votar en contra de la resolución 125. “Los senadores entrerrianos forman parte del Frente para la Victoria, pero son personas razonables, que nos van a escuchar y van a evaluar la situación”, aseguró Luis Etchevehere, director de la Sociedad Rural de Entre Ríos y dueño de El Diario de Paraná.
Productores agropecuarios de esa provincia se juntaron ayer con la senadora Blanca Osuna (FpV), pero sus argumentos no lograron convencer a la legisladora para que cambie de opinión, favorable al proyecto oficial. Además, Osuna adelantó que su par Pedro Guastavino mantiene la misma posición. “Les queremos hacer notar la diferencia entre proteger a la producción o convalidar la destrucción del aparato productivo”, indicó Etchevehere. En lo que va de la semana, los presidentes de las entidades ruralistas se pasearon por el Senado para conseguir votos.

SOBRE GOLPISTAS Y FUNCIONARIOS ALCAHUETES E INEFICACES

Esta nota de J.M. Pasquini Durán, publicada el 10 de julio en Página 12 pone algunas cosas en su lugar, incluso al inútil y alcahuete secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

"Penales"

A partir de hoy, jueves, la Sociedad Rural y sus tres aliadas, con el mismo criterio extorsivo que aplicaron durante cien días en contra del Poder Ejecutivo, ordenaron a sus asociados que volvieran a las rutas, en las exactas posiciones que ocuparon antes, que vinieran a la Capital el martes para realizar un acto multitudinario y que esperaran en vigilia frente al Congreso hasta el miércoles, cuando el Senado debatirá la ley sobre retenciones a la exportación agropecuaria que ya tiene media sanción de Diputados. Las entidades rurales quieren sembrar angustia y confusión en la sociedad, pese a sus promesas de abandonar las medidas de fuerza si el Congreso debatía la controvertida “resolución 125”, y vuelven a generar el movimiento destituyente, desestabilizador, pero esta vez contra otro de los tres poderes de la Constitución. Ni siquiera es imaginable a lo que pueden llegar si alguna vez logran colocar el tema sobre la mesa de la Corte Suprema. De acuerdo con la metáfora usada ayer por Mario Llambías, de la CRA, durante los anuncios a la prensa del “plan de movilización de la Mesa de Enlace”, ha llegado el momento de definir el partido por penales.

¿Serían goles para ellos cuando lograron desabastecer a parte del territorio nacional, incluida la Capital, de alimentos frescos y combustibles? ¿Cómo llamarán al proceso inflacionario que pegó el estirón por maniobras de especuladores de la cadena de comercialización que aprovecharon la oferta interrumpida y la constante demanda para remarcar los precios como no se permitían hacía tiempo? Dicho sea de paso: ¿qué estará haciendo el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, mientras avanza la remarcación? Este funcionario, que a cambio de su lealtad absoluta recibe el sostén de los Kirchner, primero desinfló la credibilidad pública del Indec, de modo que las estadísticas oficiales han perdido influencia en el imaginario colectivo, y después asistió impasible al derrumbe de las políticas de contención de precios. Estos resultados ponen en tela de juicio el concepto mismo de lealtad, virtuoso entre amigos o en un partido político, pero jamás sustituto de la excelencia en la administración del Estado y entre guardianes de las políticas públicas que protegen a los desamparados pero también a las capas medias que viven del esfuerzo propio. Las quejas de los caciques rurales, manipuladas en un discurso político de clara hostilidad antigubernamental, terminan entrecruzándose con las víctimas de la inflación, para deterioro del prestigio presidencial.

Es incomprensible la protesta de la “Mesa de Enlace” contra la ley en debate, puesto que el proyecto que aprobó Diputados por mayoría, según lo reconocieron ayer ante la prensa, modificó diecisiete veces las pautas originales de la “resolución 125”. El dato para los ruralistas comprueba que tenían razón al oponerse. La otra parte de la reflexión, que callan, es que los legisladores, y primero el Ejecutivo, hicieron las correcciones después de tomar debida nota de las demandas formuladas por “el campo”, en especial para atender los intereses de los pequeños y medianos productores. ¿Dónde hay pecado cuando un gobierno enmienda su primera intención, haciendo caso a las reivindicaciones de los interesados más débiles? En tono apocalíptico, el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, anunció que por culpa de la ley desaparecerán miles de agricultores. Olvidó decir que sin ley ni retenciones, en los años ’90, fueron incontables los perjudicados en la actividad agropecuaria, recuperados luego por los mercados internacionales y la debida protección oficial con créditos, subsidios y cotización monetaria de promoción exportadora.

La Federación, miembro de la CTA, reafirmó ayer su condición de aliada de la Sociedad Rural y de los otros miembros de la “Mesa de Enlace”, y Buzzi se preocupó por desmentir relaciones con el oficialista Rossi, con quien intercambió efusivos saludos al final de la sesión de Diputados, como si hubiera sido sorprendido en una actividad adúltera. Para otros, en cambio, el acto ilícito es el que comete cuando actúa como mano de obra en las rutas para ejecutar los “planes de acción” dirigidos contra el Congreso con la misma virulencia que antes dedicaban a la Casa Rosada. Para colmo, ahí está el entrerriano Minga De Angeli, soplándole en la nunca, seguro que deben aplicar la fuerza en la democracia, como no lo hicieron en los ‘90 ni en la dictadura militar. Esta memoria histórica sirve de evidencia para demostrar que hace tiempo que estas acciones siguen usando pretextos agrarios para llevar adelante, en realidad, una política de oposición que es funcional al pensamiento de la derecha política y económica.

Buzzi, De Angeli y otros como ellos no son los únicos en contradecir los intereses que deberían defender, porque, como se vio en Diputados, la oposición, vacía de propuestas como no fuera la suspensión de la “125”, se benefició con el voto de quienes tenían propuestas alternativas para el trato particular de los artículos de la ley. En lugar de establecer diferencias, terminaron emblocados en una sola mano, sin medir las consecuencias de sus actos. Este “plan de acción” que comienza hoy recibió el aliento de todos aquellos que por demagogia, oportunismo o mediocridad se sumaron al bloque antigubernamental, como si estar en esa vereda fuera garantía de honradez intelectual o propósito transformador. Si fueran consecuentes con sus posiciones, el martes deberían ir al acto de la “Mesa de Enlace” para escupir contra el viento. Aun muchos provincianos que han sufrido las consecuencias del lockout desabastecedor prefieren pensar que esas fatigas las provocó el Gobierno. Así piensan también intendentes y gobernadores, por suerte una minoría, que creen lo mismo que sus paisanos, más por cálculo electoral que por sana convicción.

No importa si cada uno se ubica al lado, detrás o enfrente del Gobierno. Lo que más importa es tener en claro que hay un plan general, más ambicioso que el de los ruralistas, que busca desmoronar al régimen democrático con el argumento de que el Gobierno, o la presidenta Cristina, es insoportable. La creación de una segunda CGT por Luis Barrionuevo, quien declaró a Eduardo Duhalde como su referente político, y las escisiones en el peronismo provocadas en nombre de una presunta confrontación entre el interior campesino y la voracidad urbana son parte de ese esquema de desgaste continuo, cuyo objetivo principal es convencer a la mayoría de los ciudadanos de que deben cambiar sus votos y si es posible hacerles imposible gobernar a las autoridades electas en octubre del año pasado. Si pudieran dar un golpe de Estado, ya lo hubieran hecho. Por eso, no se trata de criticar a los opositores para defender al Gobierno, sino de hacer todo lo posible para consolidar la cultura democrática y la libertad en el país, en nombre del bienestar general. El futuro no puede ni debe decidirse por penales.

¿CUANTO GANAN LOS CHACAREROS?

Muy buena nota del riguroso periodista de Página 12 Alfredo Zaiat, publicada el 10 de julio.

¿Cuánto ganan?

Durante casi dos semanas hubo decenas de exposiciones en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados. Ahora comenzó el desfile por la de Senadores. En esos dos ámbitos parlamentarios participaron productores agropecuarios y los máximos dirigentes del sector reunidos en la Mesa de Enlace. En los ya casi 120 días de conflicto los representantes del campo privilegiado también se han podido expresar con generosidad envidiable en la cadena nacional privada de medios de comunicación. Pese a contar con semejante espacio de difusión para ilustrar a la mayoría de la población, rehén de la angustia provocada por una crisis que sigue sin entender, hay un interrogante, básico y sencillo, que no quieren ni se animan a responder: ¿cuánto ganan?

Con una demora insólita, hace un par de días, unos pocos intentaron, sin mucha insistencia aunque al menos se atrevieron, conocer cuánto ganan los productores agropecuarios que están liderando la mayor protesta del campo de la historia. Está claro que no porque contabilicen utilidades abultadas e ingresos mensuales que ningún trabajador alcanzará en su vida van a estar inhibidos de reclamar por cambios en la política económica y oponerse a la resolución que dispuso derechos de exportación móviles para la soja, maíz, trigo y girasol. Tienen todo el derecho a protestar por lo que ellos consideran injusto. La cuestión es que no dicen cuánto ganan.

Es usual que diversos sectores productivos expresen su disconformidad con medidas que impulsa un gobierno. También lo hacen los trabajadores frente a estrategias salariales de las empresas o del Estado. Cada uno con su estilo, algunos mediante solicitadas o expresiones públicas y otros a través de planes de lucha, exteriorizan sus pedidos y muestran su situación económica. Como explicó el economista Jorge Schvarzer en este diario, “cuando los maestros hacen huelga dicen ganamos 1200 y queremos ganar 1400 pesos”.

En cambio, el campo dominado por la trama multinacional sojera tiene coronita. Cortan rutas, realizan multitudinarias manifestaciones, apelan a la violencia física ante los que no opinan o votan diferente a sus intereses, presionan con el desabastecimiento de los centros urbanos y lanzan uno y otro plan de lucha. Pero nunca dicen cuánto ganan o cuánto más quieren ganar en un país con casi 30 por ciento de la población en la pobreza. Ellos saben que si se supiera no tendrían tanta legitimidad. O, al menos, se revelarían cuáles son los intereses materiales que están en disputa, la confusión sería menor y cada uno sabría con más fundamento qué apoya o dejaría de apoyar.

jueves, 10 de julio de 2008

CHACAREROS SAQUEADORES

Excelente nota de la periodista de Página 12 Alejandra Dandan publicada el 5 de julio.

Despojo a la vista de todos

“Me quitaron todo, me sacaron los alambres, los postes, las puertas, las piletas de los baños, los portones, se llevaron todo. Nos quemaron la casa de madera, nosotros le decimos la casa rancho, ahora le largaron fuego. El corral también lo quemaron. Le abrieron las puertas a los chanchos y quemaron todo. Los vecinos también vieron cómo sucedía y conocen toda la historia, a cualquiera le podés preguntar. Yo estoy diciendo la verdad.”

El testimonio recogido por la agencia de noticias Naciente, en 2004, pertenece a Walter Quiñones, integrante de una familia de medianos productores de la localidad de Los Juríes, en Santiago del Estero. El 7 de mayo de ese año, la familia sufrió el último de una serie de intentos de desalojo que habían empezado un año antes. Empujados por una denuncia de Carlos Alberto Peiretti, productor santafesino y a la sazón integrante de la Federación Agraria, la Justicia había salido a buscarlos.

De acuerdo con las denuncias promovidas desde entonces por la familia, el desalojo empezó con el armado de una estafa. “Los Quiñones tenían una relación comercial y de confianza con quienes terminaron estafándolos”, explica en este caso Luis Horacio Santucho, abogado de la familia. “Ellos le proveían los insumos para la siembra y los Quiñones trabajaban la tierra, pero con el paso del tiempo la familia se endeudó. Cuando murió el padre de los Quiñones, esa gente obligó a la familia a firmar una serie de papeles, entre ellos había un poder general para un abogado de apellido García que, supuestamente, debía iniciar las acciones legales contra el asesino del padre.” Pero García, al parecer, no utilizó el poder para eso, sino para abrir un juicio sucesorio confabulado con otros dos abogados. Así, la deuda de los Quiñones, que al comienzo era de 20 mil pesos, pasó a ser de 200 mil dólares, y con eso les sacaron la casa.

En el curso de la causa judicial, a esta altura, está probada la falsificación, el modo en el que se organizó la estafa y la fabricación de una escritura que luego les permitió vender las tierras. Unas 450 hectáreas en esa localidad. En la cadena de responsabilidades están los abogados, el escribano y un empresario. Fueron los que vendieron las tierras a distintas personas, entre ellas a un norteamericano, un belga y a los hermanos Peiretti de Santa Fe.

“Yo los tomo por responsables –dice Santucho– porque ellos fueron los que empujaron el desalojo.” Peiretti empezó el expediente judicial en 2004 y la causa señala a Walter Quiñones y otros por usurpación de propiedad y desobediencia judicial. En los papeles, el productor santafesino asegura haber comprado los campos el 15 de diciembre de 2003, por eso reclamó esas tierras. Hoy, los Quiñones están viviendo en Los Juríes, fuera de las tierras donde los nuevos dueños viven de las plantaciones de soja. La causa judicial sigue abierta. Según Santucho, la familia todavía sueña con volver.

BARCELONA Y ARGENTINA

La nueva tapa de nuestros amigos de la revista Barcelona.



DE TRABAJADORES CON BAJOS INGRESOS QUE SE SOLIDARIZAN CON LOS PRODUCTORES RURALES

Interesante entrevista del periodista de Página 12 Fernando Krakowiak a Jorge Schvarzer, economista de la UBA y uno de los autores del Plan Fénix.

“Nadie les pregunta cuánto ganan”

El economista de la UBA cuestiona el reclamo de los ruralistas porque dice que todos tienen rentabilidad, aun con las nuevas retenciones. Además, remarca que muchos trabajadores se solidarizan con estos empresarios porque no saben cuánto ganan.

Jorge Schvarzer es profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y uno de los autores del Plan Fénix. En diálogo con PáginaI12, criticó los argumentos que vienen repitiendo los dirigentes del campo para pedir una baja de las retenciones y afirmó que ningún productor sojero de la zona pampeana debería recibir reintegros porque todos tienen rentabilidad. Además, sostiene que muchos trabajadores de ingresos bajos y medios se solidarizan con la protesta sólo porque no saben cuánto ganan los empresarios rurales. “Cuando los maestros hacen huelga dicen ‘ganamos 1200 y queremos ganar 1400 pesos’. ¿Cuánto gana el señor De Angeli y cuánto quiere ganar? Es un misterio. El dice que pierde y por eso está en la ruta, pero nadie le pregunta cuánto gana”, remarca.

–¿La suba de las retenciones deja “afuera de la cancha” a los pequeños y medianos productores, como afirmó Federación Agraria al reclamar la segmentación?
–Lo primero que hay que destacar es que el precio de la soja osciló durante la década del 90 entre 200 y 300 dólares por tonelada. Recuerdo que cuando llegó a 300 dólares los productores estaban eufóricos y eso permitió la gran explosión de la soja. Luego siguió subiendo y ahora llegó a 600 dólares. El Gobierno subió las retenciones, pero a los productores les sigue quedando un ingreso superior a los 300 dólares por tonelada, el valor más alto que cobraron en los últimos 15 años. Este precio vale para todos los productores: los grandes, los medianos y los chicos. Por lo tanto, también los chicos están mejor que antes, aun sin reintegros.

–Ellos dicen que tuvieron que afrontar una fuerte suba de sus costos.
–Es cierto, el fertilizante aumentó mucho porque está vinculado al petróleo y el glifosato también subió, pero la incidencia de esos insumos en la producción de soja no es tan relevante como para modificar la estructura de costos. La suba no llega ni siquiera al 10 por ciento del costo total de producción.

–Federación Agraria sostuvo además que las nuevas retenciones dejan a los productores a merced de los pools de siembra que tienen una mejor economía de escala.
–La nueva tecnología modificó las prácticas productivas en el campo. Una cosechadora moderna, que vale 300 mil dólares, levanta 100 hectáreas en un día. Ningún productor de 100 hectáreas tiene posibilidad de tener una cosechadora. Por lo tanto, contrata a alguien que la tiene o alquila el campo. Entonces, aparecen contratistas que arriendan miles de hectáreas y operan en economías de escala. La imagen del pequeño productor propietario de su tierra queda reemplazada así por un pequeño propietario que alquila su campo y un contratista que trabaja. Las estadísticas muestran que los precios de la tierra en los últimos dos años subieron brutalmente a raíz de la rentabilidad que brinda la soja porque cuanto más rentable es el cultivo más toma como renta el propietario de la tierra y el productor gana su adicional. Algunos dicen que el productor paga un alquiler muy alto por la tierra y pierde plata. En un mercado normal si uno no gana no puede alquilar, pero si el precio del campo sube es porque el negocio sigue siendo rentable para el que alquila.

–Algún productor le podría responder que él no puede pagar el alquiler, pero el precio no baja porque los pools sí pueden pagarlo y avanzan.
–Hay pools, pero también hay una enorme cantidad de contratistas medianos y pequeños en la zona pampeana.

–Esos contratistas les alquilan a otros productores que, según su descripción, han pasado a ser rentistas, ¿se sabe cuántos dejaron de producir para vivir de rentas?
–Es un fenómeno importante. Tenga en cuenta que, según nuestras estimaciones, un productor de 100 hectáreas en la zona núcleo puede alquilar la tierra por 6 mil pesos mensuales. Es una cifra muy interesante para un pequeño productor, que encima puede disfrutar de tiempo libre. Si eso es lo que da de renta, queda claro que el negocio sigue siendo muy rentable.

–Según su opinión, entonces ni siquiera serían necesarios los reintegros.
–En la zona pampeana no son necesarios. Pueden ser necesarios en zonas marginales y donde la rentabilidad por hectárea es muy baja, pero esas zonas representan el 20 por ciento de la producción de soja. El resto está en zonas donde el rendimiento por hectárea y la distancia del puerto son razonablemente buenas. Piense que un productor que tiene 400 hectáreas y alquila cobra 24 mil pesos por mes sin trabajar. No parece un desgraciado.

–¿Entonces cómo se explica semejante protesta?
–Entre muchos productores hay una sensación de haber sido abandonados, pero creo que tiene que ver con otra historia. El campo pasó años muy malos en la década del ’90, cuando cerraron el 30 por ciento de los establecimientos agropecuarios y ahora hay algunos que sienten que es el momento para recibir una retribución que compense todos aquellos sinsabores porque los precios lo permiten. Quieren ganar más porque antes han perdido, pero eso no fue culpa de este gobierno, aunque sin duda ha habido errores en la política oficial. Hubo errores en la política de carne y lácteos.

–¿El Gobierno generaliza los reintegros para los productores no porque esté convencido de hacerlo sino por el lobby de las entidades rurales?
–Seguramente, porque el precio subió para todos los productores. Hay que tener en cuenta que el precio de la soja, descontadas las retenciones, es mejor ahora que cuando sembraron. Lo que pasa es que en febrero, antes de la última suba de retenciones, el ingreso nominal que percibían era más alto. Entonces, cuando se anunció la norma los productores sintieron que perdían respecto a febrero, aunque estuviesen ganando con relación a octubre. En febrero estaban gastando el dinero que iban a ganar y en marzo se dieron cuenta de que no lo tenían. Esto podría haber ocurrido igual si bajaba el precio internacional. En ese caso lo hubieran caracterizado como una desgracia del mercado, pero como lo hace el Estado es el enemigo de siempre.

–Los ruralistas cuestionan los reintegros y dicen que si el Estado les dejara percibir el precio pleno estarían en condiciones de aumentar la producción y subsidiar el consumo interno.
–Estarían en condiciones de hacerlo, pero no lo harían. Es un discurso. Además, el campo no puede invertir mucho más. Para ello debería haber un cambio de la tecnología productiva. Con la tecnología actual podrían producir en un poco más de hectáreas, pero no pueden cambiar la estructura productiva. Por lo tanto, ese discurso de que van a ganar y por eso van a producir más es una afirmación sin sustento. El campo va a seguir creciendo al ritmo en que lo viene haciendo, pero para eso no necesariamente tienen que ganar fortunas.

–Los exportadores y los proveedores de insumos son clave en la cadena agroindustrial porque forman precios. Sin embargo, los productores no se quejan de ellos con el mismo ímpetu con que critican al Estado.
–No hay demandas en esa dirección. Creo que es por una cuestión cultural. Para este sector los mercados funcionan y el enemigo es el Estado.

–Hay trabajadores que ganan menos de 20 mil pesos por año y se solidarizaron con el reclamo de productores “medianos” que facturan hasta 3 millones de pesos, 150 veces más. ¿Cómo se explica esa adhesión?
–Porque no saben cuánto ganan. Cuando los maestros hacen huelga dicen “ganamos 1200 y queremos ganar 1400 pesos”. ¿Cuánto gana el señor De Angeli y cuánto quiere ganar? Es un misterio. El dice que pierde y por eso está en la ruta, pero nadie le pregunta cuánto gana. A los empresarios no se lo preguntan, pero a los obreros sí.

SI EN ARGENTINA FUERAMOS 100

Datos publicados en el blog de Artemio López.

Actualizamos el juego anual del panóptico socioambiental. Si en Argentina vivieran actualmente 100 personas :
51 serían mujeres.
49 serían hombres.
2 nacerían cada año.
1 moriría cada año.
30 serían casados y vivirían en pareja heterosexual.
3 serían graduados universitarios.
2 serían analfabetos absolutos.
25 serían pobres de los cuales 8 serían indigentes.
De los 25 pobres 9 vivirían con cinco pesos por día.
7 con 4 pesos por día.
4 vivirían con 3 pesos por día.
3 vivirían con 2 pesos por día.
2 con un peso diario.
11 Serían usuarios de Internet.
15 habitarían en villas de emergencias o asentamientos precarios.
62 no tendrían cloacas.
58 vivirían sin gas natural.
33 no dispondrían de agua potable.
47 no tendrían cobertura de salud por fuera del hospital público.
40 poseería teléfono celular.
7 serían discapacitados, de los cuales 4 sería pobres.
De los siete habitantes con discapacidad, tres serían jefes de hogar.
30 serían menores de 16 años, 10 de ellos serían pobres de los cuales 4 indigentes.
10 tendrían más de 65 años y de ellos 3 no tendrían ninguna pensión o jubilación disponible, ni tampoco cobertura alguna de salud, por fuera del hospital público.
46 serían activos económicamente.
3 de ellos estarían desocupados.
3 subocupados.
16 serían jefes de hogar y de ellos 3 serían mujeres.
35 serían asalariados.
De ellos 14 recibirían parte o todo su salario en negro.
De cada 100 pesos existentes, los 20 habitantes más ricos se quedan con 52 pesos.
Los 20 más pobres con cuatro pesos.
Por cada peso que reciben los 10 habitantes más pobres, los 10 más ricos reciben 28.

NUEVA LEY DE RADIODIFUSION

Se viene el tratamiento en el Parlamento de la nueva Ley de Radiodifusión que reemplazará a la de la dictadura.

A propósito, brindamos información para saber quién es quién en este mundo de los medios y cómo pueden modificarse esos mapas con la nueva norma.

Estos datos fueron acercados por los compañeros de la Agencia Paco Urondo.
Mapa general de medios en Argentina:
Mapa de Clarín:

LA MASACRE DE SAN PATRICIO


Desde este sitio recomendamos que vayan a ver la película "4 de Julio", basada en el excelente libro de investigación de nuestro amigo Eduardo Kimel, "La masacre de San Patricio".

La historia narra el asesinato de tres sacerdotes y dos seminaristas palotinos a manos de un grupo de tareas durante la última dictadura militar.


Salas de exhibición:

1. El Complejo Tita Merello (Suipacha y Corrientes), con cuatro funciones por día.
2. El MALBA (Figueroa Alcorta y Salguero), sábados a las 18 y domingos a las 17, hasta el 3 de agosto.