jueves, 29 de mayo de 2008

DE ANGELI YA TIENE UNA CANCION Y SE LA ESCRIBIO TARRAGO ROS

El músico y compositor correntino Antonio Tarragó Ros expresó su profundo sentimiento ligado a la lucha del campo, se declaró amigo del presidente de la Federación Agraria de Entre Ríos, Alfredo De Angeli, y le escribió una canción.

En fin...es lo que hay. Acá va el tema:

Alfredo De Angeli, en el llano en tu mirar chacarero
Yo vi llorar al lucero allá en tu pago entrerriano
Y a cada argentino hermano, por eso estoy de tu lado
Como de patria enjoyado en el ocaso azul grana
En tu palabra paisana haces lo nuestro brillar
Al cielo voy a rogar que me alumbre tu mañana

Hoy me duele ser cantor, pero celebro a la vez
El ver la limpia altivez del heroico sembrador
Del pequeño productor a la orilla del camino
Porque labrando el destino con el sudor de su frente
Son la luz del sol naciente, la raíz del argentino

He visto al hombre de campo, aquel que la tierra labra
Valorando la palabra, desde la risa hasta el llanto
Por eso me duele tanto la ceguera sin razón
Lo injusto, es un aguijón con un veneno infernal
Un abrazo fraternal les manda mi corazón.

LAJE YA TIENE UN SUCESOR

"Ojo, hay que prestar atención a lo que pase esta tarde con el dólar. Va a ser un día movido. La crisis entre el Gobierno y el campo ya inquieta a los argentinos y a los mercados. Estén atentos a las noticias de La Red durante todo el día".

Facundo Pastor - Radio La Red - viernes 23 de mayo.

LA SEÑORA Y SU MUCAMA CACEROLEANDO POR EL CAMPO EN PLAZA DE MAYO


LOS QUE TRABAJAN Y LOS QUE VIVEN DE LA TIERRA

Esta nota fue publicada el 28 de mayo en el diario Página 12 y me parece que lleva un poco de claridad entre tanta neblina informativa.

El campo protesta y la tierra trabaja
Por Alfredo Zaiat

Una pregunta sencilla, que requiere abandonar análisis rústicos, para tratar de entender lo que para la mayoría ya resulta incomprensible por la extensión del conflicto: ¿cómo puede mantener un grupo empresario el estado de lockout permanente sin quebrar durante casi tres meses, con piquetes de varios días en las rutas, suspensión de comercialización de cereales y hacienda, largas asambleas, jornadas de tractorazos y marchas a las plazas de los pueblos?.
Cualquier otra actividad económica si realizara una protesta tan contundente frenando su ritmo productivo sufriría pérdidas extraordinarias. Muchas empresas caerían y sus trabajadores quedarían en la calle. Por eso mismo, los patrones de industrias o de comercios no disponen, en general, un lockout, y si lo hicieron en un pasado turbulento fue por un par de días.
Hasta los obreros y empleados presionarían para volver a retomar la actividad para preservar sus puestos. ¿Por qué, entonces, los dueños, arrendatarios y arrendadores de campos agropecuarios pueden hacer un lockout, protestas, marchas y no trabajar? ¿Por qué los peones rurales no se quejan?
La respuesta, que evitan los dirigentes de las entidades que representan a un sector del campo y que elude la mayoría abordar, es que la actividad del agro tiene la particularidad de que no se detiene por un lockout.
No pierden mucho; más bien, casi nada. La soja sigue creciendo, no se detiene el ordeñe de las vacas y los cerdos siguen engordando. Y esa particularidad del campo no es sólo por la obviedad de que los peones no están parando ni que sus patrones no los dejarían parar.
La especificidad del campo, que permite semejante protesta extendida en el tiempo, se encuentra en lo que los economistas clásicos estudiaron y que hoy sus seguidores modernos desconocen o ignoran: el factor tierra y, por lo tanto, la renta de la tierra, que no es como cualquier otro activo de la economía. Se trata de una cuestión compleja que se aleja del lugar común de los economistas mediáticos, pero que si no se estudia provoca confusiones generalizadas, como las que hoy existen.
La tierra tiene características propias que la hacen diferente a los otros factores de producción (trabajo y capital), a saber: no es producida por el trabajo humano, no es reproducible, es limitada en cantidad y es de calidad heterogénea.
La renta agraria es una ganancia extraordinaria de la que se apropian los dueños de los campos, originada en ventajas naturales (fertilidad del suelo y clima). Argentina, por obra y gracia de la “pampa pródiga”, tiene una notable renta agraria diferencial a escala internacional.
Por ese motivo, la ganancia extraordinaria en la industria, atribuible a una ventaja tecnológica, no es una renta, y sí lo es la que surge de ventajas naturales. Ese avance industrial tarde o temprano puede ser copiado y sumar competidores para aprovechar ese nicho rentable. En cambio, la tierra fértil no se puede reproducir.
Como la renta de la tierra en Argentina, y en especial en la rica Pampa Húmeda, es una ganancia extraordinaria, y la tierra es un patrimonio social (por las ventajas naturales que son de toda la población), el Estado tiene la facultad de regular la forma en que dicha renta agraria a escala internacional se distribuye al interior de la sociedad.
Varios son los instrumentos de política económica que puede utilizar para ese objetivo: impuestos sobre la renta potencial de la tierra, sobre las tierras no explotadas, implementar una reforma agraria, controlar el volumen y precios de las exportaciones. Y también disponer retenciones.

martes, 27 de mayo de 2008

LOS QUE PIERDEN EN EL CONFLICTO GOBIERNO-MOVIMIENTO CAMPESTRE.

Extracto de la nota titulada "De payadores y payasos", firmada por el periodista José Natanson y publicada en el diario Página 12 el lunes 26 de mayo.


(...)Pero esto no implica que la pampa húmeda salga perjudicada en el reparto general. Desde el punto de vista territorial, el problema de la Argentina no radica allí, sino en el Nordeste, sobre todo el norte de Formosa y la selva chaqueña, el Noroeste, especialmente el norte de Salta, Jujuy y el Gran Tucumán y, por supuesto, el conurbano: aunque algunas áreas del primer cordón empujan los promedios hacia arriba, se trata en general de una zona golpeada por la pobreza, con déficit de infraestructura largamente acumulados y bolsones de miseria africana. Sigue siendo el principal problema social del país, aunque ninguno de sus habitantes haya ocupado un lugar en la primera fila del acto federal en Rosario.

EL GOBIERNO, EL CAMPO Y LA ESCARAPELA.

Extracto de la columna de opinión firmada por el periodista Eduardo Aliverti y publicada en el diario Página 12 el lunes 26 de mayo.

(...) en este rincón hay un gobierno encerrado en decisiones de círculo estrechísimo, para encarar su “épica” de negocios y módica apropiación de Estado sobre las ganancias de una porción de la clase dominante; y en la esquina contraria, una oligarquía ya más de la cabeza que de poder real, unida a una nueva clase media agraria de los pueblos y ciudades del interior, más dirigencia política que se les subió a babucha. Y más simple también: gobierno conservador de rasgos progres contra conservadores igual de brutos y brutales que toda la vida. Puede que, en virtud de las comparaciones, ruborice un tanto rotular como “conservador” al kirchnerismo. Pero en lo sustantivo, el modelo neoliberal permanece casi intocado y hay que animársele a la palabrita en tanto y cuanto no sea a secas. Si acaso esto último se presta a la polémica, respecto de la vereda de enfrente ni siquiera hay espacio para tal cosa.
Lo que ayer se amuchó en Rosario es una expresión inigualable del pensamiento más reaccionario de esta sociedad, en algunos casos representado por los grupos tradicionales del privilegio; en otros por la inconsciencia social de sectores medios, urbanos y campestres, unidos bajo la bandera del individualismo pequeño burgués y la genética gorila; y en otros por el oportunismo político de liberales y hasta de tribus que se dicen de izquierda. Si se le agrega que se les sumó la Iglesia, sólo que con el cinismo de vías indirectas, el cartón está lleno salvo por un casillero faltante que es la buena noticia: no hay partido militar. Tampoco acompaña el resto del establishment, es cierto, beneficiado por el tipo de cambio alto, la recuperación del poder adquisitivo de algunas franjas medias y, a pesar de que el estilo gubernamental no les resulta muy simpático, la certeza de que el oficialismo es lo único que hay en condiciones de administrar la política. De hecho, están negociando un acuerdo a largo plazo que el Gobierno quiere presentar como el Acuerdo del Bicentenario. Pero las medidas de fuerza del movimiento campestre perjudicaron el clima de buenos negocios, y ya advirtieron que sin el concurso del “campo”, en un país agropecuario, el pacto no tendría sentido. De manera que no se está ante un conflicto menor, porque el poder de fuego de los gauchócratas, lejos de ser todopoderoso, ya demostró que sí les alcanza para lastimar. En el funcionamiento concreto de la economía y en el hecho de que, por un cúmulo de factores, se reaglutinó en torno de ellos un pedazo considerable de la derecha (si quiere vérselo desde una categoría de diferenciación con los rasgos progres del kirchnerismo) o de la derecha de la derecha (si se prefiere juzgarlo con ortodoxia).
El Gobierno está herido y comenzó su desgaste notablemente antes de lo imaginado. Consumió buena parte de su capital político, en gran medida gracias a deficiencias propias que pudo evitar con algo menos de arrogancia y algo más de muñeca. Pero chuparse el dedo frente a lo que juntó en contra sería una ingenuidad de proyecciones peligrosas. Correrlo por izquierda para que se eleve su techo, que hasta ahora es pobrísimo, no debería significar desprecio por el piso o subsuelo que se alcanzó. Y uno de los mosaicos de esa superficie es que el Estado tiene derecho a apropiarse de rentas descomunales, como las del “campo”. Que no haga lo mismo con las tasas de ganancia de otros sectores no invalida lo que sí afecta.
Ayer fue el Día de la Escarapela de Soja y no hay lugar para distracciones. Hay el pecho y hay el culo. Que cada quien se haga cargo de dónde se la pone.

¿EN QUE QUEDAMOS?

El último domingo, el columnista político de Clarín Eduardo Van der Kooy afirmó en su nota que la presidenta había perdido popularidad y que varias encuestas lo confirmaban.
Sin embargo, otra nota publicada ese día en el mismo periódico señalaba que cuatro encuestas indicaban que la imagen de Cristina Fernández de Kirchner había crecido.

Aquí van extractos de las dos notas:

Parte de la nota titulada "El Gobierno y la crisis de confianza", firmada por Van der Kooy.

(...) No habrá acuerdo con el campo, por más rápido o perezoso que sea, que le vaya a permitir al Gobierno reponerse de la hemorragia política que le ha provocado el conflicto. Aquel acuerdo es imprescindible para que Cristina Fernández pueda ovillar la madeja en la cual está enredada y afrontar la pila de problemas que tiene la Argentina. Pero esa batalla extenuante pareció abrir por primera vez en estos cinco años una brecha importante entre el matrimonio presidencial y la sociedad.
El dilema no es únicamente la popularidad perdida. Esa fuerte pérdida aflora en cualquier encuesta. La popularidad —al menos parte de ella— sería recuperable, con decisiones atinadas, para un Gobierno al cual le resta casi todo el mandato. La cuestión más seria radica en que la confrontación con el campo habría dañado la confianza que Néstor Kirchner, sobre todo, y Cristina transmitían a un sector mayoritario de la sociedad. En base a esa confianza y al repunte económico que se consolidó después de la crisis, el matrimonio había logrado colocar los cimientos de la gobernabilidad y de su proyecto político. (...)


Sigue parte de la nota titulada: "La mayoría tiene buena opinión de la presidenta", publicada en la misma edición del diario Clarín.

Volanta: Según cuatro encuestas, la imagen de Cristina creció.

La imagen positiva de Cristina Fernández de Kirchner aumentó con la prolongación del conflicto con los productores agropecuarios, según cuatro encuestas difundidas ayer desde el propio Gobierno. De acuerdo a relevamientos de CEOP, Equis y la consultora Carlos Germano y OPSM (con resultados casi coincidentes), un promedio de 6 de cada 10 personas tienen hoy una buena opinión de la Presidenta.
Para CEOP, esto va acompañado de un apoyo general -de índices similares- al Gobierno. Tres de cada diez argentinos se consideran "opositores". En el caso de Equis, la imagen negativa y regular del Gobierno representan, sumadas, un 35 por ciento contra un 56 por ciento de la positiva.
Estos relevamientos se conocen pocos día después de que otras tres encuestas (de Management & Fit, Poliarquía e Ipsos-Mora y Araujo) verificaran una fuerte caída en la imagen de Cristina.
Los números divulgados desde la Casa Rosada pretenden mostrar otra cosa. Equis asegura que si Cristina se presentara como candidata a renovar su cargo en 2011, hoy sumaría el 40 por ciento de los votos.
Diez puntos atrás quedaría el actual jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Y más lejos, Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, y los indecisos.
En relación a la crisis con el campo, el trabajo de CEOP dice que 6 de cada 10 argentinos creen que el paro debe ser levantado. Y 7 de cada 10 se muestran en desacuerdo con los cortes de ruta por parte de los productores.
OPSM, por último, refleja que apenas 1 de cada 10 consultados cree que la figura de la Presidenta se debilitó como consecuencia de esta crisis. Un 50 por ciento opina que se mantuvo igual y casi un 30 piensa que se fortaleció.

martes, 20 de mayo de 2008

CLARIN INFORMA PRIMERO

Boca había vencido a Racing en el último minuto por 2 a 1 y esto informaba el portal de Clarín al instante:










MOVIMIENTO CAMPESTRE O GAUCHOCRACIA

Los que siguen son extractos de la editorial que el periodista Eduardo Aliverti leyó en su programa Marca de Radio el sábado 17 de mayo:

(...) ¿cómo hizo el Gobierno, en un ratito, para poner furiosos a quienes están de fiesta, para resucitar muertos electorales, para abrir varios frentes de conflicto a la vez incluyendo ponerse en contra a pulpos mediáticos a los que benefició, para generar desconcierto creciente entre quienes deberían o podrían ser sus aliados naturales, para tener que recurrir al alquiler del aparato del PJ y así y todo dar idea de que puede llenar a duras penas la Plaza y la cancha de Almagro, para reinstalar el riesgo-país, para reactivar absurdas operaciones y psicosis de corralitos y default y corridas cambiarias? ¿Cómo hizo todo eso junto en unos días o unos meses? Porque hay que tener negligencia, eh, para hacer eso con casi el 50 por ciento de los votos, sin oposición activa ni pasiva, con el espectacular viento a favor de las condiciones internacionales de la economía, y 50 mil millones de dólares en reservas, y todos los indicadores fiscales prósperos.

(...) Los K pueden tener, y tienen, todas las insuficiencias ideológicas que se quieran, además de espeluznantes defectos operativos. Pero lo que tienen enfrente da ganas de vomitar. Gente que en nombre de sus chacras habla de que hay una dictadura civil, que se pone la escarapela por una tonelada de soja, que se horroriza por el vestuario presidencial pero no por cómo los agronegocios se copulan a la Argentina. Esa gente que le paga a la peonada los salarios más bajos del país, esa gente que no quiere saber nada de reintegros porque tendría que blanquear sus negras operaciones. Esa gente. Ese De Angeli que los medios ponen en cadena nacional cada vez que pega cuatro gritos disfónicos, y que como buen gaucho desclasado verbalizó que lo único que le importa es volverse a trabajar a su campito. Esa Carrió, que encontró el sentido de su vida en las predicciones catastrofistas que mezclan la moral del Che Guevara con los intereses de Luciano Miguens. Esas conchetas teflonarias, y esos hijos de sojeros que ocupan el inmobiliario especulativo urbano con la plata que les giran los campestres que dicen que el campo no da más. Esos piqueteros pero blancos, como dijo el vice la Rural. Esa gente, que irrumpe desde el trazado histórico de este país al lado de Roca, de Uriburu, de la Libertadora, de Onganía, de Martínez de Hoz, de Videla, de Menem. Esa gente.
Como dice Cortázar en “La Patria”, ese poema que debería ser el himno nacional: pobres negros, que juntan las ganas de ser blancos; y pobres blancos, que viven un carnaval de negros.
Casi 60 años después, tomado no desde el nacimiento del peronismo sino a partir de que los accidentes del peronismo lo colocaron enfrente de bloques que ideológicamente hubieran debido serle afines, parece mentira pero la historia se repite. Habrá que ver si como tragedia o como comedia. Más o menos una mitad de la sociedad, aunque la pasa bien, se abroquela en el disgusto o la irritación por las formas autoritarias de un populismo que no le sienta a su imaginario parisino. Y más o menos la otra mitad, aunque la pasa mal, reconoce que los otros son una opción peor. Todo con matices, claro.
La mala noticia es que, por más que a la izquierda del kirchnerismo esté la pared, lo que está a la derecha es mucho más peligroso. La buena es que la derecha es una runfla que no tiene partido. Y la pregunta sería hasta cuándo.

viernes, 9 de mayo de 2008

LOS MEDIOS Y EL VERDADERO PODER

Extracto de la editorial que el periodista Eduardo Aliverti leyó en su programa Marca de Radio el sábado 26 de abril.

En lo que aparece como lo más visible de esta etapa política, la pregunta continúa siendo cuál es la disposición y capacidad de este Gobierno a fin de afrontar la dinámica de enfrentamiento que eligió para su experimento reformista (si se acepta entender por “reformismo” un rol más regulador del Estado en el manejo de las riendas económicas, porque está claro que el modelo de concentración productivo no sufrió alteraciones). Lo ayuda el escenario latinoamericano, en el paisaje político, y los precios de granos y alimentos, en el horizonte económico internacional. Y detrás de cada tonto u operador que dice que todo se derrumba no hay ni partido militar ni oposición creíble. Lo que sí hay es una inflación que empieza a comerse lo que recuperaron las clases baja y media, generándoles sensación de inestabilidad. La clase baja no cuenta porque no tiene poder de penetración periodística, pero la media sí porque su aspiración de escalar, a costa de casi lo que sea, cuenta con el inestimable aporte de la sociedad multimediática. Hay así la posibilidad de un desgaste, capaz de crear las condiciones para que a mediano plazo se vuelva a simpatizar con los valores ideológicos de la derecha más explícita. A la vuelta de la esquina está Macri, con su 60 por ciento de votos.

Menos ostensiblemente, en ese tira y afloje del que saldrá el imaginario social triunfante en cuanto a si se vuelve a los ’90 o se persiste en intentar alguna osadía populista integradora, están los enormes jugadores mediáticos. A “la gente” le importa un pito en manos de quiénes están los medios de comunicación. Le importa a cuánto está la carne y la leche, qué va a pasar con la inflación, si van a devaluar y qué dificultades pueden venirse para guarecerse cómo. El tema es que respecto de qué dificultades pueden venirse, si van a devaluar, qué va a pasar con la inflación, y a cuánto está la carne y la leche, los medios no reflejan. Actúan, operan, pautan, presionan, como brazo estratégico del mundo de los grandes negocios.
Si no hay conciencia de semejante cosa, ningún análisis puede aspirar a ser completo.

viernes, 2 de mayo de 2008

LEER ATENTAMENTE EL TITULO Y EL CONTENIDO DE ESTA NOTA. ¿EN QUE QUEDAMOS?

De un recuadro publicado en la página 28 del diaro Clarín el sábado 26 de abril.

"Albistur pende de un hilo"

La titular de la Comisión de Libertad de Expresión, Silvana Giudici (UCR Capital), dijo que la continuidad del secretario de Medios de Comunicación, Enrique Albistur, "debería pender de un hilo" por el inicio de la causa en su contra y presentó un proyecto de resolución en la Cámara baja para que el Gobierno suspenda a Albistur hasta que se expida la Justicia.
El fiscal Oscar Amirante validó la denuncia del fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, y abrió una investigación contra Albistur por supuestas irregularidades en el manejo de casi 10 millones de pesos en publicidad oficial.